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Oye los latidos del corazón

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Lo rodearon y alguien, con matices de atrevimiento, le propuso volver con el objetivo de “ayudar” al equipo y de paso levantar la minúscula credibilidad institucional que hoy reina en la “U”. Nolberto Albino se puso nervioso y miró a la derecha e izquierda. “¡Cómo me proponen eso!”, fue su lógica reacción.

Y es que con Ñol hay una deuda que nadie siquiera supo explicar. Pero dicen que no lo mecerán, menos que desconocerán lo que ganó con el sudor de su frente. “Tendríamos que hablar, no sé...”, replicó antes de volver al campo, previo rehidratante que tomó apurado por los nervios.Solano cumplió ayer su segundo día con el grupo que vio crecer. Incluso, cruzó algunas frases con Juan Reynoso, quien ayer habría dado los primeros pasos. “Te necesito”, le dijo mientras trotaban.Empero, Ñol entiende que su futuro, o al menos lo que le resta como jugador profesional, está en Inglaterra. Por esos lares pretende terminar su carrera y luego someterse a su nueva vida como entrenador. Además, hoy es jugador del Leicester, tema que complicaría el regreso.Pero con Solano nunca se sabe. Quizá por allí “utilicen” al “Negro” Galván. La cuestión es agotar las cartas que fuercen el retorno de quien hasta hoy se deja extrañar.

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