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Huevos cocidos

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Ellos cumplieron con su parte: ganarle sin “peros” al José Gálvez en Chimbote. Pero detrás de esa cortina de humo, hay estómagos que crujen y bocas que exigen algo más que agua.

Los hijos están por encima de la camiseta, máxima que los dirigentes pretenden desconocer con sus pretextos de siempre. Que hoy no, mañana sí, que tengan fe, evasivas que ocasionaron la reacción del plantel.En la semana de trabajos, el capitán Carlos Galván fue contundente con Juan Reynoso. “No podemos dejar que nos maltraten de esa manera”, dijo antes de sopesar la posibilidad de reclamar sus derechos mediante una huelga, el estilo sindicalista que haría patalear a los desalmados dirigentes.Hace un mes y medio que nadie ve un sol. Los premios del título 2009 y un porcentaje de la participación en la Copa también están congelados.Los administradores, los técnicos de las categorías menores y hasta el personal de limpieza sobrevive porque Dios es grande. Esa es la realidad de quien por fuera es flores y por dentro temblores.

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