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William Chiroque: Hay varias ofertas, concretas son tres, muy firmes y buenas

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Es probable que muchos lugareños todavía crean que con tocarlo tendrán suerte, dinero y amor. Ni que fuera un duende, dicen por ahí. Solo se trata de William Chiroque, el muchacho que ilusionó al mundo con su habilidad y que a los peruanos nos hizo recordar que lo bueno viene en frasco chico. Mira las fotos del 'Periquito' en su tierra natal.

¿Qué tal el recibimiento?Lindo, no esperaba a tanta gente en el aeropuerto. Luego, fui a los entrenamientos y pude notar el cariño que me tienen mis compañeros, el técnico, los utileros... Es la fuerza que me permite seguir creciendo en el fútbol.

¿En qué momento creíste que Perú podía meterse en el cuadro de honor de la Copa?Teníamos fe desde el principio, cuando el profesor dijo: “¡vamos pa’lante!”. Este grupo tiene hambre de gloria, que la gente se quede tranquila porque cada uno matará por la sagrada bicolor.

¿Ya te ves en el Mundial?No, las cosas tendrán que darse en el momento propicio, uno debe andar de a pocos. El sueño está allí, pero es muy rápido como para decir que me veo jugando el Mundial, uno no sabe lo que podría pasar mañana.

¿Qué te decían los consagrados?El “Loquito” Vargas y Paolo (Guerrero) se preguntaban el porqué no había estado antes, pero las cosas son así. Trabajo para seguir luchando.

¿Cuáles son los momentos de más grata recordación?El partido ante Chile, lamentablemente perdimos, pero todo lo que di en ese juego se me quedó grabado y lógicamente el gol, que fue clave para tomar confianza.

¿No es un abuso hacerte jugar ante Universitario?¡Qué más puedo pedir! Yo siempre quiero jugar, además, estoy bien en lo físico para hacerlo. Hay que luchar por el título.

¿Eso quiere decir que te quedarás en Juan Aurich?Hay varias ofertas, concretas son tres, muy firmes y buenas, pero no sé si al club le convendrá. Yo no pienso en lo que pasará.

¿Pero qué te ha dicho el presidente Edwin Oviedo?Hablé con él bastante tiempo, me pidió que esté tranquilo, que todo se arreglará por mi bien. Él quiere que me quede y para mí no es ningún problema, al contrario, me halaga que mi jefe no quiera que me vaya.

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