Exclusivo: Roberto "Manos de Piedra" Durán dialogó con Líbero en Panamá

A sus 59 años y con seis títulos mundiales en sus puños, Roberto Durán nos aclaró de entrada que tiene las “Manos de Piedra”. El mejor peso liviano de todos los tiempos, el fajador entrañable, el “Chorrillo”, el Embajador Deportivo de Panamá, le abrió las puertas de su hogar a LÍBERO. “Solo hablo con los mejores y ustedes me han demostrado, esperándome cuatro horas, que lo son. Bienvenidos”.

Carmen del Castillo /Panamá

Roberto "Manos de Piedra" Durán, el mejor boxeador latinoamericano de todos los tiempos, se subió al ring con LÍBERO.

–¿Cómo pasa sus días un campeón de su jerarquía?

–Soy el Embajador Deportivo de Panamá y mi labor es repotenciar la práctica y masificación del deporte. También tengo un gimnasio en el que se enseña boxeo y mi empresa 3D Producciones de eventos especiales y promoción del turismo.

–¿En qué escalafón se encuentra el deporte panameño?

–Aquí hay dos deportes famosos: el béisbol y las carreras de caballos, que es una enfermedad. Ahora ha surgido la fiebre de la “Marea Roja” (selección de fútbol) y me alegra que los chicos practiquen este deporte y se alejen de las drogas.

–¿Cuántas veces ha visitado el Perú?

–Tres veces. En una ocasión tenía que ir al penal Sarita Colonia del Callao y fue tanta la expectativa que me pidieron mejor no ir. Del Perú me gustaron las playas, la riquísima comida y el centro de Lima. Todos me trataron con cariño. Extraño mucho ese calor humano y prometo volver.–Tenemos una campeona mundial de boxeo: Kina Malpartida...–Es importante tener siempre campeones y que reciban todo el apoyo para que se mantengan y para que los jóvenes se inspiren en ellos. Entre los deportistas peruanos que conozco destaco al “Nene” Cubillas. Muy buena persona, tratable, un caballero.

–¿Como leyenda viviente del deporte, qué mensaje le daría a la juventud?

–Como siempre le he aconsejado a mis nueve hijos que Dios me dio: díganle no a la droga y sí al respeto al ser humano. Quieran para que los quieran.

–¿El boxeo le dejó amigos?

–Muy pocos. Entre los boxeadores puedo nombrar a Mike Tyson, Sugar Ray Leonard y “Macho” Camacho. Ellos me quieren y me llaman ídolo. Es difícil entender que grandes boxeadores, que lograron mucho en su vida, quieran a Roberto Durán.

–¿Es cierto que ningún puñete dañó su rostro?

–Las pocas cicatrices que tengo en la cara no han sido de mano, sino de cabezazos. Jamás permití que me pegaran en la cara dentro del ring ni fuera de él.