El plan Ledgard

José Carlos Giles

En su condición de secretario general de la Asociación Mundial de Atletas Olímpicos, Tony Ledgard le expuso a LÍBERO una de las fórmulas para sacar al deporte peruano del subdesarrollo. “El dinero no lo es todo”, nos dijo el también deportista olímpico, que participó con éxito en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 como ciclista.

Tony, miembro de la dinastía Ledgard, narró el método que ha dado buenos resultados en Cuba. “El caso del deporte en Cuba es interesante. A inicios de 1959, las estadísticas que mostraba Cuba en materia de deportes no eran alentadoras. Solo el 2% de los estudiantes cubanos recibían servicios de Educación Física por profesionales de la materia”, precisó. 

“Entonces, el gobierno cubano se vio en la necesidad de reorganizar el sistema deportivo sobre la base de tres conceptos fundamentales: deporte participativo, formación integral del deportista y la atención a los atletas. Con este fin se creó el régimen de participación deportiva, la base organizativa fundamental del nuevo movimiento deportivo cubano; y sus características permitieron que millones de personas se incorporen al sistema deportivo”, agregó.

Para redondear la idea, Tony Ledgard nos contó que en Cuba no existe ningún tributo destinado especialmente a la financiación del deporte. “Pero los cubanos tienen algo que vale más que millones de dólares destinados al deporte”. 

“Su texto constitucional en su artículo 52 dice: ‘Todos tienen derecho a la Educación Física, al deporte y la recreación. El disfrute de este derecho está garantizado por la inclusión de la enseñanza y práctica de la Educación Física y el deporte en los planes de estudio del Sistema Nacional de Educación; y por la amplitud de la instrucción y los medios puestos a disposición del pueblo, que facilitan la práctica masiva del deporte y la recreación’. Ahí está el secreto”, concluyó.