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Tiburón al agua

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    A tres días de vencer el plazo de inscripción de los deportistas para los Juegos Olímpicos de Londres, parece increíble que una absurda disputa fuera de competencia ponga en peligro la participación de la natación peruana en la justa olímpica.

    La polémica surgida tras el reclamo de Sebastián Jahnsen por el cupo, que a su entender le corresponde, pone en tela de juicio el accionar de la Federación Internacional de Natación ( FINA) por disposiciones que se han prestado para la confusión y maltrato de los jóvenes deportistas peruanos.

    Hace dos semanas estaba claro que los clasificados eran Mauricio Fiol y Andrea Cedrón. El primero por obtener dos marcas B y la segunda al acceder vía la “wild card”.

    Se les inscribió bajo el Principio de Universalidad, derecho que otorga la FINA a los países que no consiguen la marca A. 

    Este privilegio permite inscribir dos deportistas, y para ser elegible deben haber participado en el Mundial de Shangái, torneo que no fue Fiol por presupuesto, pero  sí Jahnsen. El Comité Olímpico Peruano ha solicitado a la FINA se inscriba a los tres nadadores; de no aceptar, no asistiría ningún nadador.

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