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Corre conmigo

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    Hace poco terminó su carrera profesional en la universidad. A pesar de su juventud, Mario Hart está pasando por una importante etapa de su vida. Le va muy bien en el automovilismo y lo mismo podríamos decir en su faceta mediática. 

    Sin embargo, “Súper Mario” toma las cosas con calma y con la humildad de un chico bien educado y que respeta sobre todas las cosas a la familia, pilar de cualquier sociedad.

    Su recargada agenda en las pistas de competencia y en los sets de televisión no han sido excusas para no priorizar en su tiempo algo fundamental en el ser humano: el servicio y la ayuda a los más necesitados.

    Ser el Embajador de “Fe y Alegría” y de “La Sociedad Peruana de Síndrome de Down” no es suficiente para Mario, por eso aceptó ser parte de la campaña de La Liga Peruana de Lucha Contra El Cáncer. 

    “La vida me ha dado mucho, quizás demasiado y no puedo ser indiferente con los niños de mi país. Mis padres me enseñaron algo que nunca me olvido. Un país será grande cuando las familias cumplan su rol en la sociedad”, nos contó Hart.

    Libero Impreso

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