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LA PROSPERIDAD económica del mundo árabe contrasta con el bajo nivel de sus selecciones a nivel internacional, sin embargo, Rusia 2018 será especial para los países que profesan el Islam, ya que tendrán cuatro representantes en la máxima fiesta de fútbol.

Los equipos de raza negra ya no dominan África. De los cinco cupos directos, tres fueron para conjuntos árabes. Egipto, siete veces campeón continental, vuelve a un Mundial luego de 28 años.

Marruecos y Túnez tampoco son participantes habituales en las Copas del Mundo, pero tras brillantes campañas en las últimas Eliminatorias, obtuvieron sus respectivos boletos. Asimismo, Arabia Saudita fue el único cuadro musulmán de Asia que clasificó.

Nunca una cita mundialista tuvo tantos participantes árabes. El objetivo en Rusia, en el nombre de Alá, es la reivindicación de una raza que parece no haber nacido para el fútbol. •