Reimond Manco: Pude morir

No fue ningún lío de faldas. Me fui a México bien advertido con lo que pasó con (Salvador) Cabañas: imposible ver a la mujer ajena”. Reimond Mando regresó en la madrugada de ayer y se refugió en su casa de playa en Arica. Ahí ratificó su versión del secuestro y cuestionó las acusaciones del Atlante, que le debe un mes de sueldo.

“Me saca del cuadro lo que dicen el técnico (Herrera) y el presidente (García), pues la persona que me recogió después de que me dejaron tirado y ensangrentado fue el preparador físico del Atlante, y él mismo me dijo que no vaya a entrenar”, contó a LÍBERO.

“Luego, el profesor me llamó y me pidió que vaya a conversar. Cuando les dije que volvía al Perú me practicaron la prueba de sangre y de saliva, y salió negativo”, precisó.

Manco, quien mostró una herida en la nariz, aceptó que sí bebió alcohol. “Cenando tomé dos cervezas y un vaso de vino. Es mentira que haya tenido un fuerte aliento a licor. Son tonterías”, agregó.

“Ellos (los del Atlante) han entrado en contradicciones y todo se lo dejo a Dios. Yo no pienso en mi futuro, sino en que estoy con vida, aunque con la nariz chueca. Nunca había sentido la muerte tan cerca, con un tipo apuntándome con un revólver. Tengo contrato con Aurich y me imagino que puedo volver, pero no pienso en eso”, recalcó.