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Los nervios lo traicionaron: Salomón Libman tuvo una noche para el olvido

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Desde ayer por la noche el mejor amigo de Salomón Libman es el palo. Sí, aquel parante que lo salvó milagrosamente varias veces. Aunque eso no oculta su parca actuación ante Vasco. Y es que si bien el popular “Yuyo” tuvo varias atajadas para resaltar, sus nervios lo traicionaron en gran parte del compromiso.  

Por ejemplo, los jugadores brasileños disparaban desde fuera del área y Libman en todas quería “embolsar”. Claro, en ninguna jugada pudo hacerlo, lo único que lograba es que el balón le rebote en el pecho y se forme una pelotera en el área que provocaba zozobra en el arco blanquiazul. Otra más. En ningún centro salió a cortar. Los pelotazos iban y venían de todos lados, pero el arquero de Alianza Lima no “volaba”. Y eso es terrible. Empero, hay cosas para aplaudir, como los penales. Al parecer “Yuyo” con su gigante melena, como la del Rey León, pareció asustar a Alecsandro, quien se paró dos veces en la definición de los doce pasos y falló frente al portero peruano. En la primera pena máxima el larguero hizo lo suyo. En el segundo, el parante y luego el rebote que cayó de casualidad en sus manos. Bueno, algo hizo, al menos asustó en Brasil.

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