Puso el pecho

El talento no lo pierde pero la potencia muscular, el principal motor de la mejor versión de Jefferson Farfán, decrece producto de los 33 años sumado a su última inactividad que lo alejó ocho meses por una odiosa lesión en la rodilla previo fichaje al Lokomotiv.

Sin embargo, nadie discute su corazón para sudar la blanquirroja. Con decir que multiplicó funciones dentro del campo como extremo derecho, izquierdo y hasta retrocedió en búsqueda de la bendita pelota, que no entró al arco boliviano.

Alegría que compartió con los golazos de Flores y Cueva, su nuevo fiel escudero, pero será Ricardo Gareca el que decidirá si jugará en Quito. Por ahora, el resto físico le juega en contra por lo evaluado ante Bolivia. Más bien surge como una variante de contragolpe en los últimos 45 minutos con Ecuador.

Así que el “10” de Perú no le queda otra que agachar la cabeza, aceptar la decisión del DT y comandar la rígida concentración de Perú, que pese a regalarnos una alegría, no pude sufrir desconcentraciones. •