Selección peruana: Las verdades de una histórica clasificación al Mundial Rusia 2018

Carlos Cenzano -Consultor empresarial y deportivo.

Verdad: Los jugadores han sido los principales protagonistas de tan ansiada hazaña. Muchas veces criticados, cuestionados e incomprendidos, se comprometieron con la misión de escribir su propia historia mostrando una resiliencia sin precedentes y alineándose, bajo el liderazgo de Paolo Guerrero, al  motivador estilo de Gareca. No tienen el bagaje de la mejor generación de nuestro fútbol que nos llevó a 3 mundiales, sin embargo, les sobra talento y actitud para ser los guardianes que recuperen y preserven la postergada identidad del balompié peruano.

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Verdad: Ricardo Gareca, tras un inicio incierto del proceso que lo acercaba al fallido destino de sus predecesores de buzo, rectificó sus decisiones apostando por una nueva estructura de equipo. Su liderazgo trascendió lo futbolístico y se convirtió en un referente nacional. Nunca perdió la humildad ni la confianza en la esencia y calidad de sus dirigidos. Sabe lo que quiere y es consciente del carácter voluble del fútbol peruano y su sistema.

Verdad: Factores exógenos fueron determinantes para lograr la clasificación. El fallo favorable del TAS y su combo de puntos y goles, nos metió en zona de pelea. La fortuna también hizo su parte al darse una serie de inexplicables resultados adversos de nuestros rivales directos hechos a la justa medida de los intereses de la blanquirroja. 

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Verdad: La FPF acertó con la elección de Oblitas y la designación de Gareca, no obstante,  la consecución del objetivo disimula la inacción de Oviedo y su directiva en pos de refundar las gastadas estructuras del sistema del fútbol peruano. La clasificación a Rusia 2018 es un refrescante oasis en medio del árido y sofocante desierto en el que sobrevive nuestro deporte rey.

Verdad: La hinchada peruana demostró ser una de las más fieles y apasionadas del mundo. Jamás cesó en su anhelo de creer en un sueño que hoy es realidad y del que fue protagonista principal. Un amor incondicional debidamente correspondido con un golpe de auto estima nacional.