Le correpor la “Bena”

basta que le pregunten sobre sus sueños mundialistas para que Cristian Benavente responda con el corazón, con ese halo de emoción que desnuda su gran objetivo del 2018. “Sería increíble estar en el Mundial con mi selección”, dice mientras juega con sus manos antes de liberar su verdad. “Es una experiencia que todo futbolista quisiera vivir. Yo no soy la excepción pero tengo que trabajar mucho para estar allí”.

La última etapa del “Chaval” en el Sporting Charleroi -registró 7 goles en 19 partidos de la Jupiler Pro League de Bélgica- fue fantástica, superlativa, de pasajes mágicos de fútbol, cambios de ritmos, regateos a velocidad y definiciones casi cardiacas que lo catapultaron en lo más alto de la liga belga. Fue considerado el mejor jugador de diciembre.

“Después de 36 años es histórico que Perú se haya metido en el Mundial”, insiste en la entrevista que ofreció a Radio Marca de España. Benavente solo jugó dos partidos de las Eliminatorias a Rusia 2018 y eso lo lleva sobre sus espaldas. Necesita quitarse tamaño peso de encima para vivir a plenitud. Tendrá medio año para ratificar su evolución, digamos que un poco menos de seis meses para convencer a Ricardo Gareca. Por lo pronto, ya tiene la camiseta mundialista. ¿Buen presagio? Cristian hace rato dejó de soñar. Está listo para acudir al llamado de su patria en los amistosos de marzo ante Crocia e Islandia, sus pruebas de admisión, sus boletos hacia Rusia. •