"El Bocón", el diario que forjó a Daniel Peredo, dejó de circular en quioscos después de 26 años

Lo que era un rumor instalado en las redes sociales se hizo oficial. El diario deportivo El Bocón imprimió hoy viernes 5 de junio de 2020 su última versión en papel y desde mañana dejará de circular en los kioskos de Lima tras decisión de los directivos del Grupo El Comercio, casa a la que pertenecía este diario que vio nacer al gran Daniel Peredo.

El Bocón se mantuvo en el rubro de diarios deportivos del Perú por espacio de 26 años y cierra sus páginas en una coyuntura muy compleja en la que el coronavirus ha impactado de manera terrible en la economía del país y, directamente, ha hecho mella en la industria de la prensa escrita que semanas atrás vio desaparecer a Publimetro, otra marca de El Comercio.

Desde su fundación, El Bocón marcó un estilo distinto en el periodismo deportivo peruano y su partida será sentida por su gran número de lectores. Desde Líbero despedimos a nuestro gran competidor en kioskos.

Los antecedentes de este diario se remontan a una exitosa columna de datos titulada El Bocón, escrita bajo el seudónimo de Jesús Ángel, y publicada a toda página en la contraportada del suplemento deportivo Crack del diario Ojo en 1992. En dicha columna se incluían una serie de trascendidos de los futbolistas, a quienes se les mencionaba con curiosos apodos y en situaciones comprometedoras. 

"En El Bocón nos atrevimos a escribir, con un estilo ameno y muy particular, lo que nadie había querido contar sobre los pormenores de los entrenamientos y la vida de los jugadores después de las prácticas", cuenta Jorge Esteves, primer director de El Bocón.

"Además, cuestionábamos lo que andaba mal en el fútbol. El lector, acostumbrado a una redacción muy lineal y repetitiva, encontró en esta sección algo diferente y la hizo su preferida", agrega Esteves.

La columna de El Bocón publicada en el diario Ojo alcanzó su pico de popularidad en 1993, cuando la selección peruana quedó última en las eliminatorias al Mundial de Estados Unidos 1994 tras ganar solo uno de seis partidos en su grupo. 

Todos los entretelones de la campaña del equipo dirigido por el entrenador serbio Vladimir Popovic fueron revelados en ese espacio, lo que motivó que las ventas de Ojo se dispararan. 

El éxito era tal que Empresa Editora Nacional, Epensa, dueña en ese entonces de Ojo, ordenó la realización de una serie de estudios de mercado para saber qué alcance había logrado dicha página de datos. Los análisis concluyeron que El Bocón tenía mucha más lectoría que el mismo Ojo, es decir, este diario albergaba en su interior una marca que lo superaba largamente frente al consumidor.

En enero de 1994, los directivos de Epensa tomaron la decisión de convertir a El Bocón en diario deportivo, pero los detalles del proyecto se filtraron y el 1 de marzo de ese mismo año, Editora Onda, grupo periodístico competidor, puso en circulación el diario deportivo El Bacán, con la intención de ganar por puesta de mano a los lectores que pensaba conquistar Epensa con su nuevo rotativo. 

A pesar de que debía enfrentar a una marca con similar denominación, días después, precisamente el 9 de marzo, y bajo la dirección de Jorge Esteves, El Bocón vio la luz con 16 páginas en blanco y negro y una portada en color en la que se consignaba el empate de visita de Universitario ante Barcelona de Guayaquil por la Copa Libertadores. 

Casi de inmediato, El Bocón captó las preferencias del público que, además de disfrutar de la columna de Jesús Ángel, encontraba información detallada del fútbol y otros deportes. 

A fin de allanar el camino de su nuevo producto estrella, Epensa decidió interponer una demanda ante Indecopi contra Editora Onda aduciendo que el nombre de El Bacán se asociaba con El Bocón y confundía a los lectores. El reclamo fue admitido y meses después El Bacán cambió a El Balón, el cual cerró en diciembre de 1994.

A inicios de 1995, y en menos de un año de presencia en kioskos, El Bocón estaba encumbrado como el diario deportivo de mayor venta a nivel nacional con 80 mil ejemplares diarios concentrados casi en su totalidad en Lima. No solo había desplazado a Todo Sport y Ovación, sus competidores por ese entonces, sino que también superaba en los estudios de lectoría a varios diarios generalistas. 

Jorge Esteves explica los motivos de tamaño crecimiento: “El Bocón impactó gracias a sus buenas crónicas, cargadas de mucha pasión a la hora de contar un partido de fútbol. Por su rebeldía ante la adversidad, su espíritu de joda, su creatividad y su presencia en todos los lugares donde el fútbol era protagonista. Aportó frescura e irreverencia, con un espíritu crítico que señalaba con nombre propio a los futbolistas indisciplinados. Por eso sintonizó rápidamente con la gente. Porque se puso del lado del hincha en las buenas y en las malas”.

El impacto de El Bocón se logró en una época de escasos éxitos deportivos y pocas plumas referentes del periodismo especializado en este campo, sostiene Esteves: “Los malos resultados de nuestro fútbol generaron la debacle de toda una generación de periodistas. Luego del fallecimiento de ‘Pocho’ Rospigliosi, nadie de su generación tomó la posta, salvo ‘El Veco’ que era uruguayo".

Por el contrario, aparecieron muchos jóvenes que se saltaron hasta tres generaciones para ser los nuevos referentes del periodismo deportivo. En ese grupo estaban Micky Rospigliosi, Eddie Fleischman, Gonzalo Núñez, Daniel Peredo, el ‘Negro’ Carlos Alberto Navarro y la gente de El Bocón. "Si antes todo era promoción del fútbol, porque eran buenos tiempos deportivos, El Bocón apuntaba al espíritu crítico para sacudir a los responsables y exigir que sean más eficientes, apunta Esteves”.

Precisamente, Daniel Peredo fue uno de los periodistas de mayor renombre que se forjó en la redacción de El Bocón. El desaparecido periodista fue uno de los fundadores del diario y dentro de la redacción hizo escuela por su estilo pícaro, analista y crítico con el que enfocaba la noticia.

Tras un exitoso paso por El Bocón, donde llegó a ser uno de sus editores, Daniel Peredo dio el gran salto a la televisión de la mano de Alberto Beingolea en el recordado programa Goles en Acción. 

Desde Líbero expresamos nuestro pesar por el cierre de su edición impresa y respeto por la labor y rol que tuvo en el periodismo deportivo nacional. 

El hombre de prensa se ponía la camiseta cuando narraba un partido de la Selección peruana. Por ello, es válido hacer un ejercicio de memoria para evocar sus legendarias frases.

- “Si no sufrimos no vale".

- “Un consejo de pata, anda al área”.

- “No sé si es justo, solo sé que es cierto”.

- “Cuando no se puede jugando, siempre, siempre, la pelotita parada".

- “No hay mal que dure 36 años, ni fútbol peruano que lo resista”.

- “Era hoy Ramón, siempre hay una primera vez. ¡Gloria a Perú en las alturas!".

- "Los palos son así, a veces, juegan para los arqueros."

- “La tocó, la tocó, la tocó".

- “Apareció Jefferson Agustín Farfán Guadalupe, por su mamacita".