0

No entiendo nada

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Ganaba sin el odioso de Juan Reynoso caminando presuroso al borde de su territorio limítrofe. La “U” dio algunos pasitos de osadía. Emprendió cierto cambio a pesar de los riesgos. Jugaba con el rostro limpio. Sin el ceño fruncido.

Pero como nada es perfecto, el “Checho” se le cruzó en el camino para turbar la fiesta con esa pizca de suerte que suele perseguir.Según Víctor Hugo Carrillo, el despistado árbitro del Cienciano-“U”, el agónico gol de los cusqueños fue obra y gracia de Mauricio Montes. Pero el “Checho” no entiende de reglas ni mastica los criterios de un soplapitos. Así que lo celebró como suyo, en el desenlace de un partido que debía empatarlo aunque sea con la nariz.El inicio fue acalorado por las oportunidades que Piero Alva desperdició dice por culpa de la altura. Claro, Jesús Rabanal echó un gol cantado, responsabilizó a Walter Noriega del golpe de nocaut.Pero como no hay cuerpo que aguante tanto castigo, Gianfranco Labarthe, a los 32’ del primer tiempo, aprovechó un servicio cardiaco de “Cachito” Ramírez para zarandear las redes del arco “Papá”. Después, el toma y dame se hizo costumbre.La pelea en el medio fue como el sangriento disputar de un hueso entre perros callejeros.¿Sustos? Por doquier. La “U” era un “Cachito” más. Hasta que el “Checho” se metió a la escena. El servicio largo, la cabeza de Montes, el fornido cuerpo de Ibarra que pirueta incluida confundió a “Supermán”. Gol y a llorar al río, bueno, a Machu Picchu.

Libero Impreso

EDICIÓN DIGITAL

EDICIÓN DIGITAL

OFERTAS DE HOY