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Paolo guerrero

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A escasas horas de ser contratado nuevamente por Alianza Lima, luego de su experiencia en Israel con el Beitar Jerusalén, ubicamos a Paolo de la Haza en su casa de La Perla. Satisfecho por el gran paso dado, el centrocampista no ocultaba su felicidad y por ratos sacaba a relucir esa chispa innata que lo hizo el palomilla más representativo de aquel Sport Boys de antaño.

–¿Firmaste nuevamente por Alianza?–Sí, ya estamos de vuelta. Firmé hasta diciembre del 2011. Quería que fuera por uno, pero el club lo pidió así y arreglamos.–¿Cuál es tu objetivo?–El título, mi hermano, vengo a sacarme el clavo porque el 2009 no jugué la final por mi ida al Beitar.–¿Era una oferta que no podías despreciar?–Claro, la buena paga y lo competitivo del fútbol israelí hizo que tomara la decisión, pero ya estoy de vuelta y la mira es el título.–¿Tenías otras ofertas?–Quiero aprovechar para agradecerle al profesor Víctor Rivera, quien me quiso en Cristal. El Juan Aurich también me tentó, pero más pudo Alianza Lima.–¿Qué tal Israel?–Bien, al comienzo tuve algo de temor por eso de los atentados, pero Junior Viza me puso al tanto de todo y santo remedio. Me acoplé rápido a su cultura, a su fervor religioso. Fue una linda experiencia.–¿De aquí a la selección?–Primero vamos a cumplirle al profesor Costas, pero, claro, estando acá ya estoy en el universo del profesor Markarián. 

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