El último adiós

El próximo 28 de octubre cumplirá 37 años y a esa edad cualquier mortal perdió el credo por Peter Pan y por la camiseta que usó como tatuaje, hasta que un día supo que la fidelidad a veces es cuestión exclusiva de los equipos de sonido.

El maduro Carlos Galván había separado en su calendario al menos un año más como profesional en actividad, pero, desgraciadamente, el desconcierto institucional que flagela a la “U” y sus cómicas propuestas de solución lo impulsan a contemplar la posibilidad de colgar los chimpunes antes del tiempo imaginado.Pero el “Negro” es consecuente en sus decisiones. Y es que alguna vez dijo que se retiraría jugando con la camiseta crema en el cuerpo. Okey, pero ni él pudo vaticinar que una de las instituciones deportivas más enraizadas del país podía transformarse en un club de “patotas” y administrado por informales. Tales embrollos agotan a cualquiera. Y Galván no es la excepción.Hace un tiempo tuvo entre sus manos la elección quizá de su vida. Volver a la Argentina con una propuesta concreta o continuar literalmente “tragando piedras” en Ate. El “Negro” prefirió lo segundo. Por el momento, se sabe que Ñol Solano, su íntimo amigo, le tenderá un puente para que pueda rebasar de conocimientos en Inglaterra.