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Sobre ruedas

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Gustavo Costas tiene el corazón de un niño. Se pone sensible y se aferra siempre a su imagen del Señor de los Milagros. “Por favor, dame una manito”, le dice el técnico cuando se trata de ganar los partidos.

Y aunque advirtió que irá al estadio San Martín en terno –como cábala–, espera que el arbitraje no le juegue sucio y le incline la cancha.“Podré dirigir desde el banco. Se hizo justicia al final”, comentó el entrenador aliancista, que espera un buen trabajo de Héctor Pacheco. “Espero que nada malo suceda. Claro que preocupa, pero no quiero presionar o condicionar al árbitro. Solo deseo que haga un buen trabajo”.Costas lamentó que no haya más público en el estadio San Martín cuando enfrenten a Cristal, pues lo considera un partido clave para los objetivos de conseguir el segundo lugar y encabeza el grupo par de la liguilla.“Este es un partido para 25 o 35 mil personas. Es una lástima, pero igual vamos a sacar los tres puntos. Me hubiera gustado que entre más gente al estadio. Ahora hay que mentalizarnos en ganar y salir de esta presión, pues nos jugamos una final”.

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