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En el primer bostezo, en ese sacudón que aún no despertaba emociones, Alianza Lima ya ganaba en el amanecer del partido. Madrugó de arranque. Disparó tres torpedos que hicieron blanco en la línea de atrevimiento del Total Chalaco. Y aseguró el cotejo en medio del esfuerzo del rival que pudo descontar.

Triunfazo que le acaricia el orgullo, pero que le refresca tareas pendientes en el advenimiento de esa Liguilla Impar que no perdonará a los que son tímidos para el esfuerzo. Tendrá a San Martín, a la “U” y a Cristal en el reparto de semejante película de suspenso.Remotas aquellas estatuas del gol grone, hubo de aparecer Cristofer Soto con granada en mano para elegir morir después. Iluminado ante la ausencia de notables delanteros, supo marcar dos goles de considerable factura.Empezado el lance, y a los 33 del partido. El primero para anidarla con fino desborde de “Wally” Sánchez. Y en el definitorio le pega un derechazo que encontró aturdido al arquero Manuel Heredia. El “Pato” Quinteros anotó el 2-0 en la inspiración más sostenida de Alianza.  Y el argentino Grabowski puso el silente descuento con golpe de cabeza.Con dos goles en cuatro minutos iniciales hacía pensar que se daría un partidazo. Aun cuando el ritmo bajó en los vericuetos del primer tiempo, en la segunda parte el juego retomó intensidad.Tuvo ímpetu la propuesta aliancista que generó diversas situaciones de gol. Pero el marcador tempranero otorgó ese plus que cualquier equipo busca para manejar el partido.Logró un triunfo que empieza a argumentar ilusiones. Resta el duelo de Reservas para definir al subcampeón y sumar un puntito más. Y una liguilla para mostrar recursos, variantes y actitud en otra dimensión.

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