0

Día de los vivos

Únete a nuestro canal de WhatsApp

A la sangre joven que mostró Alianza Lima hay que añadirle los leucocitos de sus más expertos. Sin ellos no se llega lejos. Menos a una hemorragia de puntos en la ventaja que desangra al rival de siempre por el tercer cupo en la Libertadores.

No hay duda que el 3-1 de ayer se logró con el hierro que oxigena la sacrificada voluntad del equipo y de su sufrida hinchada.

Se fueron los goles (acaso en el container más impertinente de su directiva) y  el equipo cayó en una sequía preocupante. Pero allí está la reserva. La que siempre tiene que poner el pecho. Y subir al hombro los afanes, miedos y riesgos de los mortales blanquiazules.

Alianza fue un equipo volcado al gol. Gálvez un puñado de resistencia. Pero nada es eterno. Ni ese primer tiempo que fue de aguante para la visita. Y de asonada ofensiva aliancista sin la definición deseada. Siempre los partidos tiene que resolverlos en el segundo tiempo. Por el peso de sus botines o por los yerros de su rival. Pero Alianza va y eso es lo que cuenta.

Del estético garabato de cintura de Neyra que termina en un golazo premiun. De aquella velocidad mental de Hurtado. De ese endemoniado pique y gol de Soto, y de todas las furtivas inspiraciones, hay un reparto que sustenta la victoria: Quinteros con soberbios pases largos. Carrillo y esa potencia y desborde juvenil.

Tragodara y Sánchez  que ordenan todo. Y el paraguayo González que quita y remata. Un azulejo restaurado del inmediato pasado copero.

Aun cuando perdió, Gálvez mostró argumentos. Ferreyra tapó de todo en el primer tiempo. Pajuelo mientras no estuvo lesionado fue puntual. Los Cominges extienden la hermandad en el esfuerzo. Y Leguizamón siempre trae su magia. Por eso es que Barreto llega al descuento. Pero la aplicación de la trampa del fuera de juego no estuvo excelsa y de eso aprovechó el “Pato” Quinteros para jugar a las espaldas de los zagueros confiado en la velocidad y resolución de sus jóvenes delanteros que definieron.

Alianza Lima festeja con los remilgos que le dejaron sus desaparecidos ejemplares de pura sangre…

Libero Impreso

EDICIÓN DIGITAL

EDICIÓN DIGITAL

OFERTAS DE HOY