“¡Joder, vete!”

La lógica decía que si “Chemo” fue capaz de “borrar” del mapa a jugadores de la talla marquetera de Claudio Pizarro y de Jefferson Farfán, entonces con el pobre “Cachito” Ramírez le resultaría tan fácil como jalar la cadena del inodoro.

Ayer lo botó, así con todas sus letras, de la práctica por su reconocido “pecho frío” y rabietas de niño al que se le quita la teta por glotón. Digamos que “Chemo” llegó con ganas de trabajar y de no aguantar pulgas, incluso en algunos pasajes del repaso táctico elevó el tono de su voz al observar que “Toñito” Gonzales, Gianfranco Labarthe y Johan Vásquez jugaban como en El Porvenir. Pidió  “¡orden!”, “¡equilibrio!”, “¡cabeza!”, bueno, era mucho pedir para quienes creen que la “U” gana porque es la “U”, pe’.

Y para liberar sus tensiones, apareció en la escena el buen “Cachito”, que confundía una diagonal con una curva, eso lo desesperó hasta el punto de cambiar el trabajo de pizarrón por la táctica fija.

Claro, Ramírez miraba a cualquier parte y por ende mataba pajaritos. “¡Así no, vete, vete...!”. Y “Cachito” quiso que la tierra lo devorase con tal de no pasar más vergüenza. “Cuando tengas ganas de trabajar podrás regresar”, acentuó el “Chemo” ya sin dejos.Por algo lo tachó del partido ante Total Chalaco en Huacho. Ramírez hizo un amague de berrinche, se quitó la sudadera, caminó al vestuario, puteó y lanzó al diablo la ropa de entrenamiento. ¿Habrá sanción? Al menos la económica. Fírmelo.