Más rico que el pavo

El triunfo aliancista fue más trabajado que jugado. Abiertamente premeditado. Las gambetas, los túneles, los juegos de cintura y requiebres, así como la diferencia del juego corto y el largo quedó archivado en el armario de su entrenador.

Tuvo que delegar al azar del partido y al oportunismo de la genialidad el afán copero. Y le dio resultados haciendo lo mínimo indispensable.Cuando se busca un torneo continental no es imperativo jugar bonito. La tarea impostergable es ganar para sumar y asegurar la clasificación. Y así se tuvo que plantear el partido en la cancha sanmartiniana. Con actitudes distintas para cada período de juego.Había que transitar por el sendero de la paciencia –bien refugiado en el contragolpe– en el primer tiempo, para después en el segundo periodo, llegar al gol como sea.Soberbia actuación de Libman. Ataja el penal de Carlitos Lobatón, en su obra cumbre en la mañana de ayer, y resuelve los remates de Yotún, Dany Sánchez y Andy Pando. Lo que demuestra que quien propuso fue el plantel del “Chino” Rivera.Pero una vez más la pelota parada termina resolviendo el problema de gol a Alianza Lima. Que perdió el vaivén copero de este año. Pero protagoniza el afán resultadista para el gran objetivo del club: jugar la Libertadores. Por eso bastó el 1-0 de Quinteros en el penal que regala al partido, “Flemita” Pérez, con una tontería repetida en su carrera.Otra vez, un persistente capricho engolfa a Sporting Cristal en la más purita buena intención ofensiva, y al mismo tiempo, lo naufraga en la pausa que otorga eficiencia a la definición.

Ha sido el sello rimense en este año: domina, gestiona, recupera, ataca, pero no siempre la mete al fondo. Y otro síndrome que lo trae a mal, en esta campaña, ha sido la irreverencia de los penales provocados candelejonamente.

Contra esto ha batallado Cristal. Y en 41 partidos no hubo la tendencia a mejorar. Cómo explica que no pueda sostener dos triunfos sucesivos. Acaba de ganar en Huanta, pero en su casa no puede sumar.Con muy poco Alianza Lima gana mucho. Y Cristal perfila tanto en la mayoría de sus presentaciones que al final no sirve de nada.