Abrazó la Copa

Después de la tempestad siempre llega la calma. Y el júbilo. Luego del pitazo final de Víctor Hugo Rivera, Gustavo Costas estalló en alegría. No era para menos, el argentino tuvo una semana cargada de calumnias, de dimes y diretes, y hasta se deslizó la posibilidad de su renuncia.

Por eso, con el valioso empate a dos ante el siempre complicado Inti Gas y la clasificación a la Libertadores en el bolsillo, no tuvo más lugar que para la sonrisa expresa y los abrazos reconfortantes. “Gracias a Dios alcanzamos la clasificación a la Libertadores.Es una tremenda alegría para el equipo y, sobre todo, para la gente. Este logro hay que compartirlo con ellos”, dijo emocionado el “Narizón” mientras iba al camarín.Al argentino le volvió el alma al cuerpo. Si bien su permanencia aún es una incógnita para el próximo año –por los problemas de Alarcón–, hoy no habrá disgustos y muecas por una derrota en los descuentos. Alianza Lima escribirá una y mejor historia.