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En la intimidad del "Mago" Markarián

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Conozco al "ser humano", detrás de la imponente figura de Sergio Markarián. El último bastión de la fe de los hinchas peruanos que desean ver una vez más a nuestra bicolor en un mundial de fútbol. Desde España 82, solo lo vemos por televisión. El "Mago" habló de todo al suplemento deportivo "Bravo" de la República.

Sergio Markarián en una entrevista distinta: habla de su época escolar y de su niñez en Uruguay. El técnico de la selección conversó con alumnos del Colegio Los Reyes Rojos y el resultado fue una charla reveladora que permite conocer, más de cerca, al ser humano que hay detrás del personaje del fútbol.

Vicente Eslava, Jandir Rivera, Lorenzo Gambetta, Arturo Salazar, Daniel Ramos y Camilo Gonzales no son periodistas aún pero vaya que pueden serlo. Ellos, alumnos de Los Reyes Rojos, sostuvieron una interesante entrevista con Sergio Markarián que se publica en ‘El cabezón 38’, la revista del colegio, con el título ‘La palabra del mago’. Reproducimos esta valiosa conversación porque nos permite conocer al técnico de la selección en otras facetas de su vida.

¬¿Cómo vivió su escolaridad?

–Fui a una escuela que se llamaba Jardín de Infante en Montevideo, Uruguay, a los 5 años. Pero mi familia viajó a Buenos Aires, Argentina, y allí empecé el primer grado en la escuela hasta que terminé el bachillerato. Yo vivía en un barrio obrero de gente humilde, era una escuela muy humilde a la que íbamos.

¬¿Cómo era su escuela? ¿Cómo le iba en los estudios?

–Fue un tiempo difícil, de inseguridades. No fui mal estudiante, creo que fui de los buenos. Tampoco fui de los mejores pero me estresaba con los exámenes, con los resultados, con no llevar las materias.

¬¿Cómo vivía el fútbol en su infancia?

–Hoy, en mi vida, primero es la fe, soy cristiano, lo primero es Jesús. Los segundo es la familia, lo tercero el fútbol. Cuando niño, el fútbol ocupaba el lugar más importante de todas las cosas que tenía. En aquella época, y porque mi crianza fue con padres separados, por lo que significaba el fútbol como lugar para hacer amigos, yo tuve una niñez en que la amistad para mí tenía un valor muy grande, y el fútbol se convierte en una pasión.

¬¿Usted jugaba fútbol en la calle, en el colegio?

–En todos los lugares: en la calle, en el colegio, en la organización del equipo del barrio, en un lugar que se llamaba ‘Las 7 canchas’ o ‘Las 9 canchas’; juntábamos un dinerito y las rentábamos. Cuando ya era más grande, fuimos con nuestro equipo de barrio a hacer de sparring de los equipos profesionales. Compitiendo contra equipos profesionales, hay la posibilidad de entrenar con ellos, pues te ven y te quieren contratar. Toda esa etapa que fue muy linda, pero que también se me cortó muy rápido porque mi familia volvió a Uruguay. Por más que hice esfuerzos para no irme, de quedarme a vivir en Argentina, fracasaron las gestiones de compinches, de amigos con los que íbamos a alquilar un departamento juntos e ir a jugar fútbol. Ese proyecto se cae y decido volver a Uruguay.

¬¿Qué pasó entonces?

–Dejo de jugar fútbol porque empiezo a trabajar. Por muchos años dejé de jugar; dejé el proyecto de ser profesional. Hasta que en la fábrica donde trabajaba armé un equipo y hacíamos partidos todos los fines de semana, pero ya no era lo mismo, no podía pensar en hacer una carrera en el fútbol.

¬¿Y de qué jugaba ‘profe’?

–Yo jugaba de central izquierdo. En aquella época el back central izquierdo jugaba en la mitad de la cancha. Jugaban dos laterales y el back central, y el otro central salía en la mitad de la cancha.  Por eso en Argentina el segundo central tiene el número 6. Después jugué de ‘10’ también.

¬¿Siendo zurdo?

–Soy zurdo pero jugué de ‘10’ porque me gustaba. Había un chico muy amigo mío que jugaba de ‘9’, nos entendíamos mucho en la vida, en los juegos. En ese momento soñábamos con goles en pared. Eso pasa con el tema de identidad futbolística, del estilo futbolístico. Si tú le dices a un peruano cómo siente el fútbol, creo que el peruano disfruta mejor dando un toque con el borde externo del pie. Yo he definido el estilo como la manera particular de sentir y jugar, de comentar, de disfrutar, de una sociedad futbolística. Son tan distintas esas maneras de sentir, jugar y disfrutar de cada sociedad futbolística, que el estilo se convierte en la identidad.

¬¿Siendo zurdo?

–Soy zurdo pero jugué de ‘10’ porque me gustaba. Había un chico muy amigo mío que jugaba de ‘9’, nos entendíamos mucho en la vida, en los juegos. En ese momento soñábamos con goles en pared. Eso pasa con el tema de identidad futbolística, del estilo futbolístico. Si tú le dices a un peruano cómo siente el fútbol, creo que el peruano disfruta mejor dando un toque con el borde externo del pie. Yo he definido el estilo como la manera particular de sentir y jugar, de comentar, de disfrutar, de una sociedad futbolística. Son tan distintas esas maneras de sentir, jugar y disfrutar de cada sociedad futbolística, que el estilo se convierte en la identidad. Definir estilos para cada país es muy importante y el estilo tiene componentes futbolísticos como esa jugada individual de preferencia ‘toques con el borde lateral’ para el peruano. Para mí, para el argentino, la jugada de preferencia es una pared; para el brasileño es la fantasía; para el uruguayo es una trancada; para el paraguayo un centro de cabeza; para el colombiano es un disfrute jugar la pelota y tocarla para que el contrario no la agarre.

El estilo y el sentimiento

¬¿Qué más forma parte del estilo?

–Cada país también tiene preferencias por el uso del espacio. El estilo natural de los colombianos es usar el espacio a lo ancho de la cancha, mucho más a los costados. Los uruguayos, los paraguayos y los argentinos juegan mucho más hacia adelante, muy vertical, con poca transición. El peruano hace una mezcla de lo horizontal y lo vertical. Yo siento que el fútbol peruano es el encuentro entre dos ‘con el borde externo del pie’, pero preferentemente hacia adelante: ‘te la doy y devolvémela’. Yo me acuerdo que en un equipo que dirigí acá, el Sporting Cristal, Jorge Soto venía a buscar, tocaba con Julinho e iba a buscar adelante, no para el costado. Solano tocaba con alguien e iba a buscar  hacia adelante, Rivera tocaba con alguien e iba a buscar hacia adelante; no era para los costados.

¬¿Los pases también son el estilo?

–Claro: la jugada individual de preferencia, la jugada colectiva de preferencia, el uso del espacio, la preferencia por la longitud del pase. El peruano prefiere el corto; el paraguayo, el uruguayo prefieren el pase largo: el argentino y el brasileño son una mixtura.

¬¿Y socialmente?

–Si entramos en las características de cada una de las sociedades que hacen fútbol, el predominio genético y racial, ¿influye o no? Que la historia antigua, 50 años atrás, 70 años atrás haya sido victoriosa o perdedora ¿influye o no? Que la historia reciente haya sido perdedora o ganadora ¿influye? Que la economía del país esté floreciente ¿influye? Que los clubes estén en buen momento y haya buen comportamiento en los estamentos nacionales, ¿influye o no? Que la organización y formación de futbolistas sea buena o mala, ¿influye o no influye? Cuando vos ponés todas estas cosas que hacen el estilo, no hay ningún país igual al otro, y por lo tanto eso es identidad. La pregunta de un seleccionador nacional es: ¿qué hago? ¿Lucho para cambiar el estilo o lo defiendo y lo mantengo?

¬Pasa por lo que uno tiene también, ¿no?

–Tenemos que diferenciar: una cosa es el estilo, que lo que acabamos de definir, y otra es el sistema de juego. El sistema es la distribución en la cancha, podemos definirlo así, y otra cosa es la táctica; defiendo-ataco, ataco por este lado, definiendo más adelante o más atrás, presiono no presiono. Son cosas diferentes. Yo puedo elegir un sistema, una táctica, pero no puedo elegir el estilo. El estilo está. Lo que tengo que ver es si hay algún sistema y alguna táctica que a ese estilo le cae mejor. En el fútbol peruano, a lo mejor, es bueno tener un mediocampo de muchos componentes. En otro fútbol capaz no. Los mejores momentos del fútbol peruano de los últimos veinte años fueron los que jugó con Maestri de ‘9’, porque devolvía bien, y de atrás venían todos los demás, los Rivera, los Solanos, los Palacios.

¿Quién es ‘exitoso’?...

¬¿Qué tiene que tener un futbolista para que sea exitoso?

–Me resisto a la palabra ‘éxito’ porque hoy el éxito tiene una connotación social y económica que no comparto. Hoy se ve el éxito como poseer dinero y disfrutes que para cualquier trabajador no son posibles. Yo diría: ¿qué se necesita para ser un futbolista de buen rendimiento? Lo más importante para un buen rendimiento son papá y mamá, la génesis, el cuerpo, el nacimiento, lo genético. Si papá y mamá fueron genéticamente aptos para el deporte, el chico que nace de ahí tiene mejores posibilidades. El segundo factor de rendimiento es la calidad de la comida durante la niñez y los deportes durante la niñez. Si cuando fuiste niño te criaste con la computadora al lado o dentro de un departamento, o viviste en una casa con jardín donde ibas a jugar, saltabas alambrados, trepabas árboles, jugabas al fútbol, al basket, al tenis, al vóley, si los deportes de esos primeros años –8,9,10 años– fueron buenos, tienes muy buena posibilidad de jugar bien al fútbol.

¬¿Qué cambios planea para que se haga bien el proyecto de ahora?

–Son muchas las áreas de trabajo mío. Es multidireccional. Yo trabajo todos los días porqué Perú necesita que se trabaje todos los días. Esto no se arregla si no trabajas todos los días. Es multidireccional mi trabajo porque me dedico a ver la información que hay del pasado, a ver los partidos que Perú jugó en la eliminatoria anterior, me dedico a ver el fútbol local porque tenemos que tener un dominio total de lo que está pasando. Me dedico a ver lo del exterior, a viajar para ver y entrevistar a los del exterior, a visitar a los clubes de acá para hablar con el cuerpo técnico. Me dedico a hablar con los dirigentes para tratar de coordinar toda la actividad, de manera tal que cuando juegue la selección, los campeonatos estén parados. Atender a la prensa es otra responsabilidad de un entrenador. Pacificar el ambiente fue uno de mis primeros objetivos, cosa que creo logré.

¬¿Y cómo estamos con el tiempo?

–Para formar un buen equipo venimos atrasados. Los demás (Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, Colombia, Ecuador, Uruguay) tienen 40 jugadores seleccionados. Nosotros, ¿cuántos tenemos? Jugadores consolidados, ¿cuántos tenemos? Llamamos consolidados a los que ya demostraron que rinden a nivel internacional, ¿cuántos tenemos?

¬Unos seis o siete…

–Los demás tienen 40, 50. Entonces, ¿en qué consiste mi trabajo? En tratar de que lo más rápido posible consolidemos algunos más, una fecha posible es el inicio de la eliminatoria.

“Zambrano no está consolidado”

¬¿La Copa América es para prepararse más?

–Es para hacer la prueba final de lo que yo creo que puede ser. La Copa América es lo que me va a decir si sigo por ese lado o si cambio. De ahí voy a tener, al inicio de las eliminatorias, tres o cuatro meses más. Llevo 3 meses de trabajo, ¿de qué han servido estos 3 meses?

¬Para conocer a sus jugadores…

–Está bien, para conocerlos. Pero en el trabajo de la consolidación, yo di un jugador que es totalmente consolidado, que es Josepmir Ballón. Los consolidados eran Vargas, Pizarro, Farfán, Guerrero. Podríamos decir Rodríguez, pero Zambrano no está consolidado.

¬¿Zambrano no?

–Cuando hablábamos de los factores del rendimiento, lo genético es el temperamento. Temperamento genético es el de mi mamá, el carácter deportivo se forma. Yo puedo ayudar a que él dé mejores respuestas a determinadas situaciones. Por eso, lo que hay que decirle a él es que cuando un contrario te bailotee, como el panameño lo bailoteó, no tienes que pegarle una patada, tienes que tragar saliva, tienes que resolver la jugada. Ahora, yo se lo digo, pero ¿lo aprenderá? Si los valores que él aprendió es: ‘al que se hace el vivo hay que pegarle una patada’, a mí me va a resultar muy difícil cambiar eso, porque estoy peleando contra todos sus años anteriores en su barrio, con un grupo de amigos que lo felicitaron porque él le pegó una patada al otro. Ser hombre no es pegar una patada, ser hombre en el fútbol es ganar, es hacer todo lo posible para que mi grupo social, mi compañero del club, mi dirigente, mi director técnico, mi maestro, estén contentos porque ganamos, no porqué pegue. El fútbol es un deporte de contacto, a veces nos vamos a tener que pegar una patada, pero con ofrecer disculpas no se pierde nada. Pero el objetivo es ganar, no meter una patada.

¬¿Ese partido por qué lo perdimos?

–Fueron 80 minutos con 10 jugadores por culpa de Zambrano. Mi trabajo de ahora en adelante es tratar de consolidar algunos más. En tres meses podría decir Ballón.

¬¿José Carlos puede?

–Puede consolidarse. Vílchez puede consolidarse; lleva 8 años en selección y no está consolidado, pero con el respaldo que le vamos a dar sí. Si Dios quiere, se va a consolidar. Lobatón, si Dios quiere, con el respaldo que le vamos a dar, se va a consolidar, porque es muy buen jugador. ¿Por qué Lobatón, que va a cumplir 30 años, no le ha dado al fútbol peruano todo lo que es capaz de darle? ¿Acaso Lobatón es menos que los mediocampistas de Uruguay? ¿O menos que los de Chile? Entonces, ¿por qué no lo respaldamos si es buen jugador?

¬¿Cuáles son los pro y los contras del futbolista peruano promedio?

–No hay promedio, hay individuos. En estos incidentes de las indisciplinas, por tres que hicieron lo que hicieron, decimos que todos los futbolistas peruanos son indisciplinados, cuando hubo 17 valientes que se quedaron a dormir, pudiendo salir. Hay, para mí, buenos profesionales, y algunos que no, como en todos lados; estos problemas no son propios del Perú.

Números

5 partidos disputó la selección bajo el mando de Sergio Markarián durante el 2011: le ganamos 2-0 a Canadá, 2-1 a Jamaica, 2-0 a Costa Rica, perdimos 1-0 con Panamá y empatamos 1-1 contra Colombia.

17 de noviembre, en El Campín de Bogotá, Perú jugó su primer partido sin Jefferson Farfán, sancionado por el DT por el caso de Panamá junto a Reimond Manco y a John Galliquio.

“Vamos a dejar  de ser últimos”

Consultado sobre por qué llegó a una selección que terminó última en las eliminatorias pasadas, responde: “Porque me tengo fe y si Dios me ayuda, vamos a conseguir algo importante. El futuro del fútbol creo que es bueno en el Perú, la Federación tiene dos proyectos que se ocupan del tema de menores. Tenemos un país que ha cambiado desde el punto de vista social y económico; todos los índices económicos indican cosas favorables, se ve en la calle, se ve en la gente. Vamos a dejar de ser últimos”.

Y sobre si el hincha debe ilusionarse ahora, el charrúa apela a la mesura: “Algún mote me han puesto por ahí (‘Mago’) que no me gusta, que le hace creer a la gente que por el solo hecho que llegué, vamos a clasificar, y no es verdad. Yo soy como cualquier entrenador, los hay mejores que yo, los hay iguales que yo. Lo que sí aseguro es que voy a trabajar”.

En otra parte del diálogo, el DT valora también que los jóvenes acumulen trabajo y rescata la planificación de la San Martín en menores.

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