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Mismo pelotero

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Ser presidente de la Federación Peruana de Fútbol tiene sus beneficios. A los costosos viajes por el mundo y jugosos viáticos, se suma también la manera de cómo saciar sus “caprichitos”. Ayer, Manuel Burga dejó en la zona de estacionamiento de la Videna su lujoso auto del año Hyundai Sonata valorizado nada menos que en 35 mil dólares.

¿Cómo lo consiguió? Se presume que el directivo habría adquirido este costoso “juguete” por intermedio de la empresa automotriz, que curiosamente es sponsor de la selección peruana. Entonces, ¿lo compró o se lo dieron de regalo por el simple hecho de llevar la marca en el pecho? Manuelito ni imaginó que pronto se destaparía su secreto.

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