Dejó huellas en Alianza

No necesita representar al peor de los padrastros para castigar a quien considera como a un hijo, claro, algo rebelde y descarriado, pero un caso todavía recuperable, según Gustavo Costas, el “abrepuertas” de Alianza Lima.

“Yo no le cierro las puertas a nadie, menos a alguien que nació en este club...”. Manco, Manco, Manco, el apellido que rondó por Matute ayer, quizá como albergue para quien pisoteó las normas de conducta.

“Manco es un jugador bárbaro que hoy necesita del apoyo de todos. Y aunque no tengo información sobre su futuro, aquí lo esperamos con los brazos abiertos”, agregó el bienaventurado “Costitas”.

Lo extraño es que la directiva no piensa como él. Allí el garrote rompe las buenas intenciones. “La única manera de que Manco regrese a Alianza es desligándose del Aurich, el club dueño de su pase. Pero volvería solo para entrenar. Otra cosa, uhm, no hay”, precisó el presidente de la Comisión de Fútbol, César Pinatte. Todo dicho.