El show de Claudio

“Mi responsabilidad es apoyar y liderar el grupo”, entonces, Claudio Pizarro hizo las veces del “Mago” en la práctica de Las Rozas. Trabajó a gran ritmo, dirigió, festejó con la gracia de un juvenil y fue agradecido con los residentes que llegaron en masa y con carteles repletos de amor para el capitán.

El aposento español olía a Perú. Todos juntos, un solo puño, ¡esa es mi tierra! “Cada día nos vamos conociendo más y es bueno ser parte de este gran grupo”. Claudio es otro, tiene un corazón más grande que el del Chapulín. Y la gente lo aplaudía, lo adoraba. “¡Llévanos al Mundial!”, le imploraban. Y él también empezó a soñar.