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Leao Butron: No soy amigo de ningún arquero de la selección

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El fútbol, como la vida misma, es un mar de situaciones mediáticas que se esfuman cuando sucede una desgraciada lesión, como la que le tocó sobrellevar a Leao Butrón. Pero su muñeca izquierda está como nueva y su fe... también.

Por Phillip Fernández

–¿La felicidad en tu rostro es consecuencia de tu regreso a las prácticas?

–Sí, es por eso, pero también porque la selección nos ilusiona a todos, aunque debemos caminar despacio, paso a paso...

–¿Para no despertar de un golpe a lo “Tyson”?

–Ajá, y es que nadie debe olvidarse del sitio que ocupamos en Sudamérica.

–¿Y este alentador momento es por el nivel de los “europeos”?

–Es consecuencia del trabajo del profesor Markarián y del aporte de un grupo dispuesto a cambiar la historia de nuestro fútbol.

–¿Es un castigo ver los partidos por la televisión?

–Al comienzo me costaba mucho, pero tenía que superarlo, y ahora ya lo asimilo porque es la realidad, aunque si me hacías la entrevista hace dos meses, sinceramente te hubiera dicho que es lo peor que me ha podido pasar.

–¿Por qué?

–Porque no tenía ganas de ir a entrenar. Tenía flojera, el solo pensar que debía trabajar aparte y apenas correr era difícil, imagínate.

–¿Y cómo superaste ese trance?

–Despertaba pensando en la selección, ahora sigo con ese ejercicio, pero también imagino el regreso a mi equipo.

–No me vayas a decir que te alegraste cuando Libman le tapó el penal a Walter Ayoví, ¿o me equivoco?

–Fíjate que lo vi por la repetición porque en ese momento estaba entrenando. Pero aunque no lo creas, sí, sentí alegría por Libman.

–¿Y ese es un sentimiento natural hacia un tipo que podría quitarte el arco de la selección?

–No me sentí feliz por el penal en sí, sino por lo bien que había tapado en el partido.

–¿No me digas que a tu competidor le vas a decir el “yo lo amo” del “Mago” Markarián?

–Primero, yo no compito con nadie. Y segundo, siempre he pensado que tienen que estar los mejores y, en este momento, yo no puedo competir con los arqueros seleccionados.

–¿Eso quiere decir que ves difícil que llegues a la Copa América?

–Yo no me creo ni cerca ni lejos de la selección, solo esperaré mi oportunidad.

–¿Cómo es tu relación con los arqueros de la selección?

–No tengo relación cercana ni con Erick Delgado ni con Raúl Fernández ni con cualquier otro. Es más, tampoco conozco a Salomón Libman. Y cuando he conversado, por ejemplo, con Delgado, fue porque nos hemos cruzado, pero de allí nada más.

–¿O sea no eres el amigo de todos?

–Yo tengo pocos amigos en el fútbol.

–¿Qué tan estrecha es tu relación con Sergio Markarián, porque se dice que eres su engreído?

–Las únicas veces que he conversado con él fueron cuando visitó a la San Martín en su campo universitario.

–¿Y dijo que te esperaría con el puesto abierto?

–No. El profesor Markarián es una persona muy inteligente. Él sabe manejarse, así que si tengo la oportunidad, supongo que en ese momento, me llamará.

–¿Cuál es tu anhelo preliminar?

–Yo solo quiero recuperarme para poder competir.

–¿Por qué no aceptas ponerte la camiseta de la selección?

–Porque yo no soy seleccionado y por respeto a los que están. Pero el día que me llamen, prometo que me tomaré las fotos que quieran, ahora no.

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