¡Agüita de “Coco”!

Si en Ate se toman una al “Polo”, pues en Matute no se rompen el “Coco” porque afortunadamente llevan tatuada en el alma la inconfundible estirpe de aquellos pura sangre que galopan conforme los tambalee el vaivén de la vida.

Y Bazán lo sabe bien. Aunque padeció las penurias de los que no tienen nada regalado, jamás se metió en una Bocanegra. Al contrario, sorteó las tentaciones y hoy deleita a esta Victoria que ayer lo quiso más que nunca.El partido fue por demás complicado, pues los venezolanos no vinieron a cantar Caracas y demostraron que hace rato no juegan solo béisbol. Sus ocho jugadores con experiencia en primera así lo demuestran, sobre todo Otero, quien se ganó varios saludos para su mamá desde la tribuna.Luego de un primer tiempo en el que los ataques brillaron por su ausencia, a los 57’ el “che” Beltrán se atrevió a hacer algo distinto, internándose en el área y provocando el penal que convertiría sin problemas Paolo Hurtado. Pero todavía se escucharían más gritos de Pepe Soto desde el banco y de Costas desde el palco.A los 71’, luego de un garrafal error de Mamani, Martínez le agradecería el gesto y con oportuno toque pondría el empate. Nuevamente el nerviosismo, las faltas innecesarias y los remates desviados.  Ya se acentuaba el murmullo acusador cuando apareció en escena el actor de reparto –que debería ser protagónico–, aquel que no posee el imán del marketing: “Coco” Bazán, con toda su potencia para sorprender y sellar el triunfo en el último suspiro con un derechazo.