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Al amigo celestial

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Si en el camino habían proclamado con la voz entrecortada, con los ojos vidriosos y con el corazón triturado al nivel de la arena, que iban a dejar la piel en cada partido por aquel compañero que se fue para colorear más que nunca el cielo celeste, ayer cumplieron al pie de la torpeza no caer, pero tampoco no ganar.

Y es que si de homenajes al recordado Gianfranco Espejo hablamos, para el aplauso fue lo expuesto antes y en el entretiempo del partido en el San Martín, donde el hincha del fútbol fue daltónico.

Ayer no hubo camisetas ni tonalidades, solo una misma melancolía, mientras las banderas, los cánticos y las lágrimas solo completaban esa tarde grisácea en el San Martín.

La número “6” –camiseta que se enfundó Espejo en toda su carrera–, que no volverá a ser utilizada, recorrió en las manos de sus padres su camino hasta el “Extremo Celeste”. El San Martín comenzó a vibrar y a calentarse en cierta manera.Sin embargo, todo ello no motivó a nadie, pues la Universidad San Martín igualó a cero ante Sporting Cristal en el partido de ida de los octavos de final del torneo Intermedio.

Quizás lo único rescatable en la parte futbolística fue lo reflejado por los santos que con un cuadro joven pusieron en aprietos en más de una oportunidad el arco custodiado por Manuel Heredia.

Lo de los bajopontinos no es novedad. Imperfecciones. Esfuerzo. Poca productividad. Arco en cero (propio y el contrario). Incertidumbre. Al final empataron en todo, en resultado y en santos. Los albos con San Martín y los del Rímac con el recordado Espejo que hoy vive en el corazón de los hinchas.

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