Viene del Polo norte

“Cuando juego soy feliz...”. El chiquillo de la piel morena caminó apurado por tanto “piropo” que resbaló desde las graderías. Paró, vio, era un partido aparte. “Estas cosas me emocionan. Estoy orgulloso no solo de lo que hago, sino feliz por el juego del equipo. Aquí ganamos todos, no solo yo”. Andy Polo creció con los elogios y las responsabilidades. “Yo sé que todos me miran, pero eso no me presiona...”. Ajá, buen apunte. Es un chico con personalidad.

Bueno pues, este muchacho ayer hizo un golazo de zurda, como manda el libreto de los grandes, de los que asoman como cracks, e incluso se dio maña para “servir” y dibujar muecas en los tensos rostros de los ecuatorianos.

“Me gustaría enfrentar a Alianza Lima en las semifinales, pero vamos a esperar, finalmente hay que preocuparnos por el grupo. Es lo único que importa. Cada vez tenemos que ser más fuertes”, precisó con la sabiduría de un consagrado.

Los dirigentes, sus amigos, sus compañeros, y hasta los barristas quieren verlo en otras pruebas, en un sitio donde Andy Polo pueda desarrollarse y crecer. Pero él no se presiona. “Yo sé que debo quemar etapas y que mi oportunidad llegará en el momento debido. No quiero apurarme”.