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Leche con calcio

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El estelar momento de Rinaldo Cruzado no solo es fruto de sus progresos futbolísticos y de su madurez personal, sino también de los juiciosos consejos de Sergio Markarián, quien, por decirlo así, encaminó su destino con un trabajo digitado desde que el volante decidió fichar por el Juan Aurich en julio del 2010.

La cosecha es impresionante, abundante. Y es que el volante de 26 años, ex jugador del Grasshopper de Suiza y del Esteghlal Teherán de Irán, cruzará el charco después de su participación en la Copa América para rubricar el contrato que lo vinculará por dos temporadas, con opción a una tercera, al AC Chievo Verona de Italia, el soñado mercado por muchos futbolistas del planeta.

“No quiero salirme de la Copa. Mi mente está puesta al cien por ciento con la selección y sería poco profesional hablar de un club cuando estoy defendiendo a mi país. Lo que les pido es paciencia y cuando finiquite todo estaré conversando en extenso” dijo el jugador a su página web.

El club italiano, según fuentes confiables, desembolsará US$700 mil al Juan Aurich, que conservará el 15 por ciento del pase, beneficioso desde todo punto de vista para una futura negociación.  Es más, la cifra podría subir en US$100 mil debido a un bono que se descifraría de esta manera: el club italiano pagará US$50 mil si continúa en la profesional y ganaría otros US$50 mil si Cruzado juega una cantidad regular de partidos como titular.

Desde el pasado viernes, el presidente chiclayano, Edwin Oviedo, y el representante del jugador, Raúl González, se encuentran en Verona cuidando los detalles de la transacción.

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