Sergio Markarián a LÍBERO: Debíamos levantar la voz y defender nuestros derechos

Aún destella bajo esas perennes gafas oscuras las huellas del trabajo en las madrugadas de insomnio y aún sostiene la ilusión de todo un país que tiñó con una religiosa devoción su sangre celeste en blanquirroja.

Por: José Luis Saldaña Por ello, Sergio Markarián cobija la mesura como su mejor escudo, a pesar de que en un año agitó la “varita” y nos hizo trepar hasta el puesto 25 de la FIFA, nos llevó al tercer lugar en la Copa América y nos enseñó a la perfección la teoría del binomio: oración y trabajo.

Dicen que las cicatrices son el reflejo de que el pasado fue real, ¿cómo nos quitó  la  vergüenza de asumirlas y mirar nuestros propios errores?No sé como lo hice. Buscamos ser serios, liderar a partir de ser los primeros en trabajar. Mostrar hacia dónde es el camino, creo que los jugadores también nos siguieron y la prensa se ha adherido a esta idea. Estoy muy feliz por eso. Pero hay que tener en cuenta que todos se esfuerzan, todos se organizan para tener un buen resultado y todo se resuelve dentro del campo de juego.

Se hizo una gran Copa América, ¿en qué magnitud deberíamos medirla?Esta vez nos tocó hacer una actuación decorosa y damos gracias a Dios por eso. Sabemos que lo que  viene es   mucho más difícil, con un torneo diferente.  Para nosotros constituye el principal objetivo.

Es bueno ir con cuidado, despacio y dar gracias por todo el reconocimiento que hemos tenido. Y bueno hasta allí lo demás va a seguir siendo igual.  No descuidarnos, no bajar los brazos, aumentar la responsabilidad. Hay muchas cosas por hacer.

¿Nos hicimos respetar en otros ámbitos, con una verdad que pocos se atrevían a decir (sobre los árbitros en la Copa América)?A veces es necesario levantar la voz, decir acá estamos. Estamos dispuestos a defender nuestros derechos y decir que somos iguales a los demás. Estoy tranquilo, pues hice lo que tenía que hacer en defensa de nuestros intereses.

Yo insisto: lo que se viene va a ser más duro y más difícil, porque ya no seremos sorpresa. Es bueno que nos consideren, pero eso quita posibilidades de sorprender. Tendremos que elaborar mucho mejor lo nuestro para enfrentar de igual a igual al resto.

Sería una ucronía decir que con Pizarro y Farfán se hubiera llegado más lejos en Argentina,  ¿con ellos cuánto podemos ganar?Las circunstancias han sido raras, es difícil entender que en 16 partidos nunca pudimos juntarnos. Es hasta preocupante. Uruguay salió con toda sus fuerzas, a Paraguay solo le faltó Cardozo. Chile los reunió a todos. A mí me preocupa ello.

Las razones son las lesiones, porque los jugadores siempre han querido estar, lo han mostrado con gestos y con actitudes. Aún no estando con el compromiso de tener que hacerlo. Dios quiera que gocemos de salud deportiva y que nos permita reunir lo mejor. Tampoco eso significaría aumentar enormemente nuestro poderío porque los que estuvieron cuando jugaron lo hicieron bien.

Hablando de niveles, ¿en qué circunstancia de la balanza nos encontramos?Perú todavía no ha logrado el mejor nivel, tengo la esperanza de jugar mejor de lo que se ha hecho y que guste más de lo que ha gustado. El fútbol tiene muchas cosas raras que cuando uno cree estar más sólido, se cae una piedrita y se desmorona la montaña. Hay que cuidar mucho todos los aspectos que hemos construido.

El periodista Quique Wolff dijo que a Perú se le ha inyectado la garra uruguaya...Cada país tiene su particularidad, Uruguay no solo ha sido garra. Los equipos uruguayos que han ganado, han ganado jugando bien. Han defendido y atacado bien. Ojalá nosotros podamos conseguir lo mismo. Jugar bien por encima de cualquier cosa, pero a la vez tener el carácter que nos permita resolver las dificultades que se presenten en el partido. En ese sentido también nos faltan cosas.

¿Cuando asumió el cargo  pensó que iba a estar en el puesto 25 del ranking FIFA en un año de trabajo?La verdad que no me lo esperaba, yo sabía que iba a mejorar, estaba seguro de que  ese lugar ochenta y pico lo íbamos a mejorar. Honestamente, no lo esperaba.

Manteniendo las distancias, ¿si mañana fuera el Mundial, estaríamos entre los 32 mejores del mundo?Es una conclusión equivocada, porque si es posible como fuerza, la Eliminatoria Sudamericana como fuerza es mucho más difícil. No tengo dudas de que los diez equipos sudamericanos bien podrían estar entre los 32 mejores.

El poderío de Sudamérica es más alto. Nos toca la peor Eliminatoria. Ojalá nos permitan jugar los torneos de otras regiones. Tenemos que jugar la Sudamericana y es la más difícil de todas.

¿Contra Bolivia  se tendrá el grupo completo?Sí, es lo que espero, no va a estar Zambrano, es otro que ya nos empieza a faltar, espero que no haya más  lesiones y contar con todo el grupo.

Una característica es que con los cambios en los segundos tiempos hemos mejorado, ¿es de dormir poco, cuánto estudia a rival?

Sí, duermo poco, sobre todo después de los partidos. Antes de los compromisos duermo bien. Pero ese mismo día. Cuando digo que hemos trabajado es porque nosotros hemos llegado el domingo y el lunes en la mañana ya estábamos acá y trabajando.

Vengo acá a las ocho de la mañana todos los días. Estoy con las entrevistas. No perdemos tiempo, de verdad que trabajamos. Si hay algo que uno no se puede reprochar es haberle dado a la Federación todo el esfuerzo y todo el tiempo que estoy obligado. Primero que estoy obligado. Después que es mi derecho porque me gusta hacerlo. Le doy gracias a Dios de hacer un trabajo que me gusta.

¿Ya se respira a Paraguay en la Videna?No hay que quedarse con la última imagen. Paraguay empezó bien la Copa América. Paraguay dijo que iba a ganarla. Si bien su entrenador no lo dijo explícitamente, se leía en sus declaraciones.

Paraguay se sentía con fuerza para ganar la Copa América y llegó a la final. Jugó muy bien los dos primeros partidos Quizá, si yo tengo que destacar dos actuaciones brillantes como equipo en Argentina, diría el Paraguay que empató con Brasil y el Colombia que empató con Argentina.

Ese Paraguay seguramente es el que va a jugar en las Eliminatorias. No podemos descuidarnos ningún momento.