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Juega al muerto

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Cómo se hace para definir con delirio la pena, cómo se hace para exigirles más de la cuenta, cómo se hace para no mirar que ese inmenso escudo de una vocal y de tradición haya tocado el pavimento de la vergüenza ante la presencia inclemente de esos que se creían los “mesías” de la mitad de este país.

Lo que pasó ayer con Universitario fue una consecuencia de la burla, del desorden y del desinterés de cuantos sujetos que prometieron teñir con gloria los colores que solo los jugadores y los hinchas hacen prevalecer como grandes.Seguro muchos dirán por ahí que en la cancha se ven a los intrépidos, que un equipo con los pergaminos de los de Ate siempre tiene que salir a ganar y olvidar los zarpazos de la vida. Pero la interrogante aparece con más fuerza que los “ciclones” de Chiclayo. ¿Y el respeto a los que se matan sin cobrar ni siquiera para el té?

Y es que la “U” igual se paró en el sintético del Elías Aguirre, buscando los tres puntos que nunca llegaron y tratando de lavar un poco aquel manto que desde hace mucho se ha manchado con la escoria de lo impresentable.Juan Aurich, un equipo con los méritos –igual– expuestos sobre el terreno de juego, aprovechó su fortaleza de plantel compacto y derrotó por 1-0 a los dirigidos por el espectro de José del Solar.

El primer tiempo fue de trámite para las dos áreas, sin mucho que exponer ni descifrar, aunque siempre con la intensidad de luchar cada balón. Ya en la etapa complementaria aparecería el panameño Luis Tejada para hacer una pared con el “Cachete” Zúñiga y marcar el único tanto del triunfo.

La danza de diablos rojos derretía a la crema con la derrota y con sus interminables problemas.Ahora los merengues tendrán que darle vuelta a una historia que parece estar condenada a la muerte lenta.

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