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El día que Pelé juró a su padre ser un Dios...

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Entre los cientos de anécdotas del gran Pelé hay una muy personal y que le ocurrió  cuando apenas era muy pequeño. Vio llorar a su papá por aquel Maracanazo de Uruguay, allá en el Mundial del 50 y que él lo cuenta en el libro “Mi Legado”.

“En julio de 1950 yo tenía nueve años. Estaba jugando en la calle, como siempre, y Dondinho, mi padre, me llamó.-Adentro, hijo, que ya empieza la final.

¿Qué final?, pregunté.-La final del mundo entre Brasil y Uruguay.-¿Y qué pasa?, insistí.

-Que va a ganar Brasil y vamos a celebrar, respondió. Papá, tío Jorge y varios amigos escuchaban el juego por radio. Cuando terminó, con el triunfo de Uruguay 2-1, Dondinho lloraba. Nunca había visto a mi padre llorar y le dije, por esas cosas de niños, para consolarlo. 

-No llore, papá. Yo voy a ganar una Copa del Mundo para usted, se lo prometo. Ocho años después me encontraba en Suecia levantando la Primera Copa del Mundo para Brasil”.Pelé  fichó por el Santos en 1956 cuando tenía apenas 16 años y obtuvo con este mismo club diversas Copas de América y, en 1962, el primer Campeonato Mundial de clubes.El Rey del Fútbol debutó en la selección brasileña con solo diecisiete años y, ya entonces, su contribución a la magia del juego carioca fue clave para la obtención del título mundial en 1958.La selección de Pelé logró tres Copas del Mundo (1958, 1962 y 1970), lo que valió al combinado brasileño la adjudicación en propiedad del primer trofeo instituido, la llamada copa Jules Rimet.Tras obtener todos los títulos posibles y haber contabilizado más de mil goles marcados en partidos oficiales, anunció su retirada del deporte activo en 1974. 

Sin embargo, fichó por el Cosmos de Nueva York, equipo constituido por un conjunto de grandes figuras del fútbol a fin de promocionar este deporte en Estados Unidos. 

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