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“Quise abandonar el fútbol porque mi lesión es grave”

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De pronto a la vida, como quien abre los ojos y elige un cielo rebosante, Carlos Zambrano fue domado por una plegaria de aquellas que inspira el corazón con insistencia. Es fría la luz de la memoria, la rotura del tendón de los músculos de la cadera derecha, la que forzó jugando por la selección en el amistoso contra Senegal, a pocos le interesa. Pero el dolor del “Káiser” es monumental. Se recupera de esa lesión de a pocos, por ello, nos contó en exclusiva su deseo de jugar, algún día, las Eliminatorias.

¿Cómo va la rehabilitación?Había decidido no hablar con la prensa, pero como se trata de LÍBERO y se preocupan de mi persona, bueno, lo haré. La verdad es que extraño tanto jugar, aunque no debo apurarme, sin embargo, deseo recuperarme pronto.

¿Por qué dices pronto? ¿Acaso es complicada tu lesión?Sí. Esta se agravó en el partido contra Senegal. Salía de una rotura de ligamentos del muslo derecho, no sentía dolor, pero los médicos me habían advertido que sería peligroso jugar, pero arriesgué por la selección. Así que ante Senegal, encima que me molieron a patadas, se me complicó todo.

¿Cuál es tu lesión, pues ella ocasionó cierta polémica entre la FPF y el St. Pauli?Sufrí una rotura del tendón de los músculos flexores de la cadera. Esta es una lesión rara, que le sucede a uno de cada cien jugadores. Esta vez me tocó.

¿Y cuánto tiempo estarás fuera de las canchas?No lo sé. No puedo pisar el campo todavía, tampoco debo trotar ni jugar pichangas. Estoy al margen de todo, solo hago gimnasio. Los doctores del St. Pauli me revisan a diario para saber cómo evoluciono.

¿Entonces te perderás el inicio de las Eliminatorias?Sinceramente, me pongo una mano al corazón y te digo que no podré. Sería apresurado arriesgar, deseo estar al cien por ciento. Me apena no jugar por la selección, mi deseo era estar en la Copa América y no se pudo, pero creí que podía recuperarme para las Eliminatorias y eso tampoco será posible.

¿Pasó por tu cabeza dejar el fútbol?Estuve decaído mucho tiempo, tenía ganas de llorar porque esta lesión es muy grave. Alucina que pasó por mi cabeza dejar el fútbol, pensé que se terminaba para mí, tuve mucho miedo y me pregunté: ¿ahora qué será de mí?, estaba destrozado, sin embargo, Dios me iluminó a seguir adelante.

Se te escucha triste, pero con ganas de recuperarte...El sufrimiento fue grande, por eso, decidí no tener contacto con mis compañeros ni con la prensa. Me dediqué a mi familia, eso lo agradezco mucho, siempre me apoyó.Markarián ha dicho que te quiere para las Eliminatorias, ¿has hablado con él?Así es. Me preguntó sobre mi evolución y le comenté lo que me había pasado. Se preocupó, pero me dio mucho ánimo. Le dije que me moría por jugar las Eliminatorias, pero bueno, las cosas se han dado de esta manera.

¿Te llamaron Pizarro, Farfán o Guerrero?No, pues, como te repito, decidí no tener contacto con nadie. Me desconecté del fútbol totalmente.

¿Viste el partido amistoso contra Bolivia?Sí. Defensivamente se mejoró de visita en La Paz, más de lo que fue en Lima. Me tuve que amanecer viendo el partido y vibré como nunca. Me alegró el buen trabajo de los chicos, se nota que hay material para pelear estas Eliminatorias y lograr el sueño de ir al Mundial.

¿Estás seguro? Ojo que no se jugó tan bien que digamos...Hay material, pero lo que se hizo en la Copa América no basta. Solo fue una prueba. La situación será distinta ante Paraguay. Por ende, Perú no deberá guardarse nada, menos de local, donde los puntos tienen que ser nuestros.

¿Le falta algo a nuestra defensa?Hay jugadores experimentados como Acasiete y Rodríguez. El nivel de los europeos es importante, solo hay que estar concentrados y sacar al fresco a los rivales cuando se te crucen y quieran tabajarte a la boquilla.

¿Tienes un sueño personal?Muchos. Recuperarme de la lesión para volver a las canchas y que la selección haga una buena Eliminatoria para que logre ir al Mundial. No es un sueño personal, creo es de todo el país.

¿Y qué es lo que más extrañas de tu país?La buena comida. Me muero por comer un cebichito.

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