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“Loco” bueno

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La pasión del fútbol pudo más para seguir de cerca al equipo de sus amores, pero a sus cortos 23 años tomó la delantera dejando un profundo pesar en su familia y sus amigos, quienes reclaman con justicia que su muerte no quede impune.

Walter Oyarce Domínguez era un muchacho tranquilo, algo extrovertido por lo cual fue bautizado como “Loco” por todos sus amigos, quienes lamentan sus partida y le dejaron diversos mensajes en su cuenta del Facebook. Hincha acérrimo de Alianza Lima y socio del club, que tenía entre sus otras pasiones los deportes de aventura, con un prometedor futuro que le fue arrebatado.

Estudió en el colegio Liceo Naval, ya que su familia por su buena posición intentó darle la mejor educación. Su padre, quien lleva su mismo nombre, es un marino en retiro, que le brindó todo su apoyo para que siga la carrera de ingeniería industrial en la Universidad San Ignacio de Loyola, donde cursaba el último año de estudios.

Su buena preparación superior le había abierto las puertas de una empresa minera, donde iba a comenzar su etapa profesional desde el mes de octubre. Guiado por las buenas costumbres que recibió en casa no era una persona conflictiva porque trataba de ser comunicativo, lo que se demuestra en la gran cantidad de amigos que consiguió en su corta vida, con quienes se reunia periódicamente.Amigo de Tomasevich

El delantero crema Guillermo Tomasevich estaba en su lista de contactos del Facebook, porque mantenían amistad hace ocho años, incluso jugaron juntos en el club Árabe Palestino.

“Walter es uno de mis mejores amigos lo conozco desde hace ocho años. Jugamos juntos en el club Árabe, yo iba a su casa seguido y lamento mucho lo que pasó con él”, indicó Tomasevich, quien pidió justicia. 

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