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Walter en el cielo

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Walter Oyarce Domínguez elevó su alma al cielo a dos días de su trágica muerte en un partido de fútbol. Sucedió en el clásico del sábado y el Perú aún lo llora. Después de la desaparición de Ciro Castillo, en el valle del Colca, esta muerte es la más sentida en un país que se está acostumbrando a pintar cuadros de terror con sangre viva.

Walter, el “Loco”, fue velado en la capilla del Hospital Naval y en la tarde su cuerpo fue sepultado en El Parque del Recuerdo de Lurín, a decenas de kilómetros del estadio Monumental. “Todos estamos golpeados”, se le escuchó decir al primer ministro Salomón Lerner, presente en el velatorio.

En hombros llegó a su última morada en la Tierra. Su padre, don Walter, lo llamó “amigo”, mientras que el resto de los presentes asistía a uno de los días más tristes de sus vidas. También estuvieron Guillermo Alarcón, el presidente de Alianza Lima, y el técnico Miguel Ángel Arrué, con la bandera blanquiazul que cubrió el ataúd.

Walter descansa al lado de su madre, también fallecida. En el cielo, con el Creador, volverá a cantar el clásico “¡Arriba Alianza!” para que el recuerdo de su gente permanezca vivo. Que nadie lo olvide. Y que su muerte nos enseñe a separar el fútbol de la violencia irracional. 

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