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Directo al corazón

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Hay que vibrar con este momento. Es hora de ponerle play al desenfreno y darle de largo a la euforia. El fatalismo del fútbol peruano ha quedado en la última página de una novela de espanto.

Y Paolo Guerrero ha empezado con el prólogo de una nueva historia de resultados favorables. Cante, ría, salte. No le ponga pausa a ese pecho hinchado de orgullo y celebre con todos el triunfo del equipo de todos. Un comienzo soñado para una larga campaña de otros quince partidos clasificatorios que serán una terrible pesadilla para sus protagonistas.

Y del fondo de ese triunfalismo urbano vivido en la previa del partido, afloró esa sensatez de Paolo Guerrero y de los otros tres fantásticos. Anoche hemos visto a un equipo peruano con el rendimiento colectivo más óptimo que se haya visto en el gramado del Estadio Nacional. Y la ilusión se arropa de rojiblanco, desgarra al infortunio y rasga la vieja carga pesada del derrotismo.Gran primer tiempo. La brillantez del equipo patrio tuvo sustento en los dos flancos. Vargas por izquierda y Farfán por derecha. Un atacante disfrazado de volante en los últimos tres cuartos de cancha como Guerrero y un atacante esperanzado y tolerante en la definición como Claudio Pizarro.

Se sumó la solidez del Mudo Rodríguez desde el fondo y el tránsito de pelota de media cancha hacia arriba de Rinaldo Cruzado. Un equipo con vorágine, frontal, con alternativas claras en la ofensiva pero lidiado con la inclemencia de la definición exacta. Perú propuso y Paraguay esperó en el fondo con la solidez de Da Silva y Verón.

Y todo gracias a los goles de Paolo Guerrero (17 con la Selección). Es un monumento articulado por la sapiencia de sus socios laterales. No dudó Paolo para definir como los que saben.

Empezando el segundo período la viveza de Farfán le permite robar una pelota paraguaya en media cancha, acaso la más fatal, para enrumbar sin pausa sobre el área donde se le cruza Guerrero, y con frialdad, pero seguro de lo que hace, marcar el primero ante la salida del golero guaraní.

Para el segundo gol, otra vez en la escena Jefferson que ensaya un pase de taco para Pizarro que se anima a desbordar por derecha, y desde la última raya, sacar un centro para que Guerrero a los 73 del partido remate, cerca de la puerta del área chica, y registre el del triunfo. Un 2 – 0 respetable que pudo ser mayor por las situaciones que generó este equipo luchador desde el inicio. La sacó barata Paraguay. Pudo volver a Asunción con exceso de equipaje en las maletas.

Y en esta gesta está registrada toda la sapiencia de Sergio Markarián. La tarea de anotar empezando el complementario, fue determinante. Era necesaria.Para que en lo que restaba del partido lo planificado por el seleccionador tenga asegurado el tiempo de sobra y se llegue a la eficiencia. Y la desesperación por anotar no se erija en el lance como el primer enemigo de Perú.

Primer gran paso en esta larga lucha Eliminatoria. Nos espera Chile que ha llegado de Buenos Aires con el marcapaso encendido. El pulso acelerado y los nervios de punta. Está recontra tiki tiki. A diferencia de nuestra Selección que goza de la bonanza que le otorga sus horas de trabajo. Arriba, Perú!!! 

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