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Juguemos a la ronda

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Muchas veces se camina con la interrogante golpeándote como un martillo,  ¿de dónde sacamos la sonrisa cuando el panorama no es del todo bueno? Y aunque parezca extraño, siempre hay alguien al costado que te brinda una respuesta estrechándote la mano, poniéndose como un soporte a tu dudoso equilibrio, uniéndose a tus dudas, a tus miedos y a todo eso que te hace sentir vulnerable.

Sin embargo, para todo no hay un plan y menos para mostrar lo fuerte que puede hacerse un grupo humano en el mismísimo infierno. Y así lo entendieron ayer en La Victoria, así decidieron iniciar su mañana, con  pequeñas facciones de enojo tirados al tacho y con un entusiasmo a prueba de balas.

Todos en una redondela, todos mostrando su mejor síntoma de alegría, todos intentando definir la felicidad, todos llegando a superar los infortunios.LÍBERO captó los momentos –fuera de un partido de campeonato– más fuertes de una interna que conoce sus problemas como su situación favorable en el torneo. Deudas, deudas y deudas... sin embargo, ellos siguen dando la cara, siguen matándose por la camiseta, continúan gritándole al mundo entero que la dignidad  va más allá de cualquier billete.

Ya es hora de que los respeten, ya es hora de que valoren el esfuerzo que dejan fecha a fecha, porque este grupo sabe que en esta vida solo hay un imposible, solo hay un muro con el cual nunca podrían luchar. 

Porque el lema: “La muerte está tan segura de vencernos que nos da toda una vida de ventaja”, ya está podrido. Ellos están vivos, están de pie, están punteros en el campeonato, están cerca del título, están mostrando su lado más humano, pero están ansiosos de que las promesas de una vez por todas se cumplan. Que esto sea un buen presagio.

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