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Se va como vino

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Su felicidad era comprensible porque, salvo remordimientos, tendrá que irse de Sporting Cristal por la puerta que nunca quiso.

Miguel Ximénez anotó en su partido de despedida con la misma emoción de la primera vez.  Pero así son las cosas. No hay eternos.

“Yo no sé qué sucederá en los próximos días, pero si debo irme, lo haré agradecido por todo lo que viví en este club”. Y el “Chino” se dejó llevar por la emoción del adiós. Era preferible agazaparse en un rinconcito caliente y llorar a solas.

El uruguayo no tendría sitio en el equipo 2012  de Roberto Mosquera. Y es que el nuevo estratega rimense llegaría con sus jugadores, algunos de los cuales dirigió en Sport Huancayo.

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