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La “Pulga”, un gigante que le ganó a la vida

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A poco de jugarse el clásico español, vale hablar de Lionel Messi, quien se ha convertido en un ícono y referente del fútbol mundial para los niños y jóvenes. Pero detrás de esa estrella del FC Barcelona, existe una historia que debe ser ejemplo de lucha para salir adelante.

Para llegar a la cima, la “Pulga” sufrió junto a su familia, pero nunca renunció a su gran sueño de ser futbolista profesional. “Leo” nació en Rosario, Argentina, fruto de una humilde familia. Su padre, Jorge, trabajador de una fábrica, y su madre Celia, empleada del hogar, lo apoyaron desde que jugó con apenas cinco años, en Grandoli, un club de su barrio, que era dirigido por su padre.

En 1995, Messi, tras mostrar su talento, pasó a menores de Newell’s Old Boys, club con el que obtuvo la Copa de la Amistad en Perú en 1997.

Cuando tenía 11 años, sus padres detectaron su baja estatura y el médico les dijo que le faltaba una hormona, la cual impedía el crecimiento. El enano medía 1,32 metros, pesaba 30 kilos y tenía una edad ósea de un niño de 9 años. El tratamiento costaba mil 500 dólares al mes, cantidad que no podía sufragar la familia, la cual recibió ayuda de “Ñuls” para pagar las sesiones médicas.

Luego Newell’s no quiso asumir el gasto y los padres de Messi lo llevaron a River Plate, donde no lo contrataron porque los “Millonarios” no quisieron pagar el tratamiento médico.

Cuando parecía que el fútbol le cerraba las puertas, Carles Rexach, un técnico del Barcelona, vio su talento en Argentina y decidió asumir el costo de su tratamiento médico a cambio de que “Leo” y su familia se muden a la capital catalana. El pequeño jugador se incorporó a las divisiones menores del club azulgrana y allí inició una exitosa carrera futbolística que lo ha convertido en el mejor jugador del mundo y en un gigante que le ganó a la vida.

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