Lo que tu viejo no te contó: Tomás Farfán era respetado en Alianza

Han pasado 24 años de la tragedia del Fokker,  uno de los hechos más trágicos del fútbol peruano, tras perder 43 vidas de los llamados ‘Potrillos‘ de Alianza Lima, al caer el avión en el mar de Ventanilla. Empero, a esta memoria decido contar lo que fue uno de los oficiales de rango del club como Tomás “Pecho” Farfán, uno de los más antiguos junto a José “Caíco” Gonzales Ganoza.

Tomás Lorenzo Farfán Farfán nació en Lima en 1960. Tuvo una vida dura. Nunca conoció a su padre porque este abandonó a su madre cuando estaba en el vientre. A “Pecho” siempre le gustó el fútbol y cuando entraba a la adolescencia se valió por sí mismo, pues su madre dejó de existir. A los 16 años, el defensa se buscaba la vida jugando y trabajando, llegando hasta la ciudad de Tarma, donde jugó por un club de esa localidad. En una de las giras del cuadro íntimo por la sierra central, “Pitín” Zegarra, técnico en ese entonces, lo ve jugar. Fue el mejor del partido, se le acerca y le dice que deseaba tenerlo en el club. Que llegaría con otro chico, un tal Cutipa. La directiva le hace un contrato cuando tenía 23 años.

Al ‘grone’ lo pulieron y reemplazó a Salvador Salguero, quien se retiraba del fútbol. Fue así que se convierte en titular indiscutible. “Pecho” era un jugador rudo, de carácter fuerte, pero en su interior era noble. Quizá por los golpes que sufrió de niño.

Tres días antes de la tragedía, Alianza concentró en Matute. Tenía que jugar el domingo 6 con San Agustín y el martes 8  de diciembre en Pucallpa, con el Deportivo Pucallpa. Farfán, con 27 años, decidió ese día sonreír a la vida y sus compañeros. Observó que Daniel Reyes, Pachito Bustamante y Escobar tomaban su leche Upa de vidrio y lo esconden bajo sus pies cuando lo ven pasar. Farfán les dice: “Qué pasa bomberos, eso se hace de niño y no de viejo” y lanza su carcajada, ironizando que la leche eran botellas de cerveza. Después, su alegría se apagó y su corazón se fue al cielo.