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Lo que tu viejo no te contó: “Parrillero” De Luca fue la estafa de los años 90

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¿Se acuerdan del argentino Gustavo De Luca, aquel jugador que llegó al país con full promoción y que la “U” y Alianza Lima se peleaban por contratarlo y que inclusive posó con la crema y al día siguiente con la de los íntimos?

Cuando arribó el gaucho tenía 33 años, lucía una peculiar apariencia: piernas largas, refinado bigote y una escasa cabellera, en otras palabras era una escuálido delantero con pinta de parrillero.Empezó su carrera en las inferiores de River en donde nunca debutó en la primera, buscando mayor continuidad decidió jugar en All Boys, Talleres Remedios de Escalada y Douglas Haig de Pergamino. Luego emigró al fútbol chileno donde se consagró máximo artillero de la segunda división con el Wanderers y en 1988 repitió plato como máximo anotador, pero esta vez de primera defendiendo la divisa del Deportes La Serena. Tuvo un fugaz paso por el Baden suizo de donde no le fue nada mal, 11 goles en 11 partidos. Regresó al fútbol chileno, primero O’Higgins y luego Colo Colo en donde no anotó goles.Por una recomendación del chileno Miguel Ángel Arrué, pisa suelo peruano voceado para jugar en la “U”, pero fichó por Alianza y jugó junto a otros paquetes (Rubén Tanucci, Henry Homann y Oscar Wirth). Coincidentemente su debut oficial fue ante Universitario donde todas las miradas estaban centradas en el espigado delantero que fue fácilmente neutralizado por la defensa crema.Sus flojas actuaciones sacaban de quicio a todos los aficionados blanquiazules. Se lo denominó como “La estafa de los 90”. Presionado por los insultos regresó a Chile donde quemó sus últimos cartuchos en el regional Atacama, Temuco, nuevamente en el Wanderes y Everton de Viña del Mar, equipo donde acabó su carrera. 

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