La vida se respeta

En medio de la intensa ola de calor que azota a la capital, los íntimos de La Victoria se siguen preparando como si el fin de semana jugasen la final del torneo Descentralizado. Fuerza, entrega, lucha y goles de todo calibre son los ingredientes obligados en cada sesión.

El campeonato está paralizado por la huelga de futbolistas, pero la intensidad no ha bajado. Aunque, todos los sentidos están puestos en la Copa Libertadores, certamen en el que un poderoso espera a la vuelta de la esquina: el Vasco da Gama. 

En dos semanas, el equipo debe quedar listo tanto física como futbolísticamente, por lo tanto, están esperando que se concreten  partidos amistosos para entrar más en acción.

Hasta allí todo bien, pero una vez miran los bolsillos vacíos. Cercano también el tercer mes sin percibir dinero alguno, los pupilos de José Soto se fastidian y es lógico: tienen necesidades como todos. Y entonces reaccionan como humanos. 

Ayer el equipo debía trabajar a doble turno, pero el pedido general a su técnico fue suspender el segundo turno por este malestar comprensible. Pepe, quien desea llevar el barco por el camino correcto y evitar que se vaya a la deriva, aceptó que “le pongan la pistola”.