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Más unidos que nunca

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Dicen que los triunfos como el de ayer tienen un sabor especial. Ganándote el derecho a la vida en el epílogo de tu suerte y de los pies de aquellos muchachos que salieron algunos instantes atrás del propio cascarón del club.

Con todo ello, Alianza Lima derrotó de manera agónica 2 a 1 a un complicado Sport Boys, en Matute, en un partidazo.

Los primeros 45 minutos estuvieron marcados por ocasiones de gol para ambos pórticos. Reyna con la “26” en la espalda y Joazinho Arroé se sumaban como las cartas más importantes de los victorianos en materia ofensiva.

La velocidad del primero ponía con los pelos de punta a los rosados. Exigió en más de una oportunidad al guardameta Diego Morales.

Por la visita el peligro aparecía a través de cada trepada de Mario Gómez y de Víctor Rossel. El local temblaba de rato en rato, sobre todo con las constantes descoordinaciones en el fondo. El central uruguayo Walter Ibáñez tenía que aparecer para eliminar el peligro.

A todo ello se suma la pierna fuerte, los choques en cada balón dividido y las ganas de ambas escuadras por imponer su escudo en cada jugada. El marcador se pudo abrir para cualquiera.

Y para que ello ocurra no debió pasar mucho. Arroé aprovechó un pase infernal para ingresar al área, la redonda quedó picando tras el choque del íntimo al arquero del “chalaco”...y apareció Reyna, para aprovechar el rebote y poner el primero de los blanquiazules y de su carrera.

Sin embargo, a los 84’ apareció la “Calavera” con la bandera pirata para igualar el marcador   y enmudecer todo el Alejandro Villanueva. Entonces, cuando todo se venía abajo, el milagro se presentó.Ascues de una pelota parada la mandó al fondo y le arrancó las arterias a esos corazones que aún continúan latiendo.

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