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328 muertos, saldo de terrible tragedia

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La tragedia del Estadio Nacional tuvo como saldo 328 muertos y 4,000 heridos. Al momento de la estampida de la gente, los policías acordonaron a los argentinos para salvarlos del linchamiento, mientras otro pelotón lanzaba bombas lacrimógenas a la tribuna norte colindante con oriente.

Algunos trataban de escapar trepando los anuncios publicitarios, otros corrían hacia las puertas 16 y 11, pero ambas estaban cerradas con candado. Ahí, cientos de personas encontraron la muerte.Al día siguiente el informe fue espeluznante. Habían fallecido 328 aficionados, el 90%  por asfixia. Un mes después de la tragedia, un juez llamado Benjamín Castañeda concluyó que los hechos ocurridos fue una siniestra conjura para avasallar al pueblo, dictamen que fue anulado y que siete años después se concluyó que el culpable era el comandante Jorge de Azambuja. “Yo ordené lanzar las bombas lacrimógenas a las tribunas.  Nunca imaginé las nefastas consecuencias”, diría el culpable.Luego de los hechos, el Estadio Nacional fue cerrado 60 días y tres ingenieros estudiaron cambios para la seguridad, por lo que se quitó la “perrera” que circundaba la pista atlética. Se ordenó siete días de luto nacional.Hubo una colecta nacional para los deudos y se recaudó 10 millones de soles, algo así como 2 millones de dólares, pero nada pudo borrar la tristeza de las familias. El periodista Mauricio Gil, del diario El Comercio, narró el hecho: “El aire agota. Los pulmones se encogen. Las costillas se quiebran.La avalancha humana transformó el miedo en histeria al toparse con las puertas cerradas. Obstáculos de metal que solo se abrían hacia adentro y que concluían las escaleras, fue el descenso hacia la muerte”

Libero Impreso

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