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¡Fuerza, campeón!

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Nicolás Aponte, de apenas nueve años, cumplió un sueño que parecía inalcanzable: tomarse una foto con su ídolo Paolo Guerrero y que este prometiera costearle una delicada operación.

El menor, quien sufre de un extraño mal a las extremidades inferiores, se dio una “escapadita” de su colegio porque el “Depredador” lo esperaba.

“Paolo me dijo que me dedicará un gol ante Uruguay y cuando vuelva me ayudará en mi operación. Estoy muy feliz”, dijo Nicolás, quien también recibió el cariño de los otros seleccionados.

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