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Marco Fernández

 

Cómo entender esta conmovedora historia. Cómo no admirar a estos guerreros que contra toda adversidad salen a romperse el lomo por su camiseta, y Sport Boys es el reflejo más  grande de ello.

“La Misilera” comprendió que el Miguel Grau debe ser el panteón de sus rivales y que todo aquel que pise su cancha tiene que caer. Por ello, ante Sport Huancayo sacaron lo mejor de su juego; al ritmo de salsa y sabor, lograron doblegar a su rival.

Y quien tomó las riendas del equipo fue Mario Gómez, que se quitó años de encima y corrió como muchacho en la cancha. Desdobló, marcó, sirvió y a los 32’, aprovechando un pase de César Ruiz, sacó un latigazo cruzado al arco del golero Joel Pinto, que nada pudo hacer para detener el tiro. El “Machito” abría la cuenta y el Callao retumbaba de alegría.

Orejuela, Ruiz y Caldas encimaron a la defensa huancaína, que se vio sorprendida ante el ataque porteño. A los 48’, el “Huevito” pisó el acelerador y, fiel a su estilo, sacó un remate desde fuera del área que pasó cerca del arco. 

Y a los 60 minutos, tras una gran jugada, Manuel Tejada saca el centro y encuentra a un bien posicionado Ricky Caldas que de cabeza mandó el balón al fondo del arco de Sport Huancayo, haciendo que todo el Miguel Grau explote de júbilo.

Otro de los destacados del partido fue el golero Fisher Guevara, que anuló toda acción de gol de los rivales. Sergio Ibarra sufrió ante la muralla que fue el guardameta, que en ningún momento pestañeó ante los remates endemoniados del rival.

Ahora viene la “U”, un duro partido en donde el temple y coraje del Boys volverán a ser puestos a prueba. La hora ha llegado.

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