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Ellos sí festejan

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El clásico se vive intensamente en todos los niveles del fútbol. Si bien el primer equipo es el plato de fondo del día, los menores también juegan su partido aparte, con la misma pasión e intensidad que caracteriza a este tipo de partidos.

El partido comenzó parejo para ambas escuadras. Estudiándose al milímetro, no dejando espacios y exigiendo al máximo a las zagas, que hoy estuvieron en su tarde.

Sin embargo, un gran remate de Gino Guerrero abría la cuenta para los blanquiazules, que a poco de culminar el primer tiempo habían superado en el campo a los merengues, que quedaron desconcertados ante la conquista aliancista.

Ya en el segundo tiempo, la pelea seguía igual de intensa. Pierna fuerte, pitazos, duelos personales y careos frecuentes. Hasta que en el minuto 35 del complemento, Tomasevich y Carlos García fueron expulsados, dejando a ambas escuadras con 10 hombres. La presencia de Olascuaga en el campo daba el empuje necesario a los cremas para seguir buscando la igualdad y posteriormente la tan ansiada victoria.

Pero a los 41’, Junior Ponce volvía a adelantar para los “grones” que habían superado notablemente a la “U” que, sin ideas y  capacidad de reacción, sucumbió a la presión de su rival que lo encajonó en su cancha.

Y el honor crema fue salvado por Luis Galliquio, quien con un golazo no permitió que la “U” cayera sin batir el arco de Forsyth.

Con esto queda comprobado que el clásico también es de los menores. Y como dijo Jayo en una oportunidad: “Hay que dejar que los más jóvenes se diviertan en el campo”, y vaya que sí lo hicieron. Fue un partidazo. Palmas para ellos.

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